Volviendo a la historia, hoy me gustaría hablar de la Batalla de Stirling Bridge, que enfrentó a escoceses e ingleses en el año 1297 y que quedó plasmada en el cine de la mano de Mel Gibson en “Braveheart”. Esta batalla histórica, recordada con mucho cariño por los celtas, dió a conocer a uno de sus personajes más emblemáticos, William Wallace.
Tras la Batalla de Dunbar y ocupación del territorio por parte de los ingleses, los escoceses, hastiados de los excesos de los invasores, se alzaron por todo el territorio escocés de la mano de William Wallace y Andrew Moray.
Tras perder la mayor parte del territorio norte en varias escaramuzas, y ver continuamente incrementadas las filas de los escoceses, los ingleses no pudieron más que intentar aplastar la rebelión. Pese a que no podían contar con las tropas que deseaban (el rey Eduardo I se encontraba en plena guerra contra Francia), John de Warenne, el conde de Surrey, se dirigió a Stirling a presentar batalla. El campo de batalla de Stirling estaba dividido por el río Forth, transitable a través de un puente, con lo que los dos ejércitos se verían separados por un obstáculo natural (y estratégicamente decisivo).
El día 11 de septiembre (de aquí que generalmente programen la película el día de la Diada de Catalunya en TV3), animado por su aplastante superioridad numérica (25000 soldados de infantería y 600 caballeros contra 7000 soldados de infantería y 150 caballeros) y sin escuchar consejos, se lanzó al ataque por la vía directa, táctica que le había funcionado en la Batalla de Dunbar (carga de caballería seguida de infantería). Pero las cosas fueron mal desde el principio para los ingleses, que tras soportar una lluvia de flechas, vieron como una carga de la caballería escocesa comandada por Andrew Moray dividía a sus tropas. Los ingleses que quedaron aislados del lado escocés fueron masacrados por las “claymore” (tradicinonal espada escocesa de doble filo con una longitud de 164 centimetros).
El remedio de John de Warenne fue todavía peor, pues al enviar los refuerzos comandados por Hugh de Cressingham, el puente no pudo resistir el peso y se hundió. Cientos de ingleses murieron ahogados junto a su comandante (por el peso de las armaduras o senzillamente por no saber nadar). De los que se salvaron del hundimiento, algunos fueron recibidos por las espadas escocesas y otros consiguieron huir (pocos).
Completamente derrotados, los ingleses se retiraron en desorden mientras los escoceses celebraban una victoria aplastante. Las bajas en este caso son muy explícitas. Los ingleses perdieron aproximádamente 6000 hombres... los escoceses sufrieron menos de 1000 bajas.
Tras esta victoria, William Wallace y Andrew Moray fueron nombrados “lords protectores de Escocia”, y consiguieron avanzar hasta internarse en terrirorio inglés (concretamente hasta Newcastle).
No pudiendo ignorar el peligro en su retaguardia (los escoceses no daban signos de cansancio ni de querer frenar su avance), Eduardo I se vió obligado a firmar una tregua con Francia para poner orden en la isla, y una vez puso toda su atención en casa, venció en la Batalla de Falkirk el año 1298 (los nobles escoceses no apoyaron a Wallace).
Pese a que los escoceses siguieron batallando (sobretodo en escaramuzas, pues sus tropas estaban dispersas), no tenían un objetivo concreto (sufrieron divisiones internas entre clanes y muchos otros problemas, además de una represión brutal). Además, en 1305, William Wallace fue traicionado por su sirviente, condenado a la horca y posteriormente decapitado. Las partes de su cuerpo fueron repartidas por Inglaterra como advertencia (a los ingleses no les temblaba la mano a la hora de condenar a sus rivales).
La advertencia no funcionó lo más mínimo, pues con Eduardo II en el trono de Inglaterra (según las crónicas era un inepto, en nada parecido a su padre), Robert Bruce venció a las tropas inglesas en la Batalla de Bannockburn (24 de junio de 1314), consiguiendo la independencia de Escocia y coronándose rey.
Se sabe que tras su derrota en Falkirk, William Wallace cayó en desgracia en su propio territorio, aunqué siguió luchando e intentando unir a los clanes. Los nobles estaban peleados entre ellos, y Wallace no gustaba. Pero pese a todo, en el Puente de Stirling se erigió un monumento a William Wallace, que pasó a la historia (y la leyenda) escocesa como patriota y libertador.
YA ESTOY BUENA!! JAJAJ
ResponderEliminarDios!! no puedo leer todo esto de golpe, sois muy prolíficos.
De momento os dejo 5 BESAZOS y ya volveré^^
Esta claro que en muchas ocasiones la victoria no depende tanto de la fuerza fisica como de la fuerza mental...
ResponderEliminarse admiten peticiones? podrías publicar algo mas de los templarios? me interesa mucho ese tema....
Saludos
Dianna: Ya sabes donde estamos!!! 5 Besazos!!!
ResponderEliminarNunu: Petición aceptada. Intentaré tener algo para la semana que viene o la otra. Saludos!!!
¿Qué tendrá el 11 de septiembre que siempre pasan cosas?
ResponderEliminarAsí que en "Braveheart" no exageraban las hazañas del tal Wallace, no? :) Muy interesante la historia. Gracias!
ResponderEliminarsaluditos
Interesantísimo post!! no conocía la historia y ahora me está apeteciendo un viaje a Escocia para verlo todo de cerca.
ResponderEliminarPetonets
Sese: Es verdad, parece una fecha en la que la gente se pone de acuerdo para liarla...
ResponderEliminarLillu: Bueno, en la película añaden puntos épicos (y toda la historia de amor), pero más o menos es verídica. Saludos!!!
Dafne: Escocia es mi objetivo más deseado (ahora que ya he estado en Irlanda). Ha de ser tremendo...
Petonets!!!
no em barrufa la història...
ResponderEliminarme aburro