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domingo, 31 de octubre de 2010

EL Truc


El Truc es un juego de cartas. Se juega en Catraluña, Valencia, Argentina y otros lugares de Sudamérica. Las reglas difieren en función del lugar donde se juegue.

Os explicaré como jugamos en mi pueblo:

Baraja española, cuatro jugadores que juegan en parejas.

La jerarquía de las cartas: el tres (cualquiera que sea el palo) es la carta más alta, luego le siguen el 2, 1, 12, 11, 10, 9, 8, 7, 6, 5 y el cuatro como carta más baja.

Se reparten tres cartas por jugador y la pareja se podrá picar por señas las siguientes cartas:

3, guiñando el ojo.
2, juntando los labios.
1, levantando el hombro.

Una partida consta de tres manos, cada jugador tira una carta y cuando están las cuatro primeras en la mesa ganará la mano quien tire la carta más alta (siempre en pareja). Así lo mismo con la segunda y tercera mano hasta que los jugadores no tengan cartas. Cuando acaba la primera mano comienza la siguiente mano el jugador que ha tirado la carta más alta, si ha habido empate vuelve a salir el que había iniciado la primera mano.

Hay que ganar dos de las tres manos para anotarse un punto. En caso de empate:

Si se empata la primera mano gana la partida, el punto, el que gane la segunda mano y si persiste el empate el que gane la tercera mano (si se empatan las tres la partida no puntúa).

Si se gana la primera mano empatando cualquiera de las otras dos se gana la partida, un punto.

Los jugadores se pican las cartas y considerando las propias cartas y las que intuyan del rival podrán, cuando les toque tirar, trucar la partida haciendo así que valga dos puntos, en tal caso el rival puede retirarse si considera que puede perder la partida o aceptar el truc o subirlo a tres puntos (el rival podrá subir a cuatro y así sucesivamente)

Gana la “cama” (argot de mi pueblo el que llega a doce puntos) y la cuixa (el total del juego) el que gane dos “cames”.

Cuando una pareja llega a once puntos la pareja que va por detrás truca ya que al estar a un punto de perder la cama le da igual que sea uno o dos puntos. El equipo que va ganando debe decidir si acepta el truc considerando las cartas que tienen, picándose o hablándose entre sí aún a riesgo que el rival adivine las cartas que puedan tener en mano.

Parece simple pero no lo es tanto, es un poco como el mus pero más sencillo y dinámico.

La suerte influye pero en igualdad de cartas es importante una buena comunicación con el compañero, intuir las cartas del contrario e incluso la habilidad de hacer faroles (trucar la partida sin tener juego)

Las tácticas son más o menos generales aunque hay que saber cambiar al juego, comunicarte con el compañero sin que se entere el contrario haciendo ver que tienes buen juego,…

Si queréis otro día os cuento más estratagemas del juego en sí, aunque os advierto que como cada año he sido, hemos sido eliminados a las primeras de cambio en el torneo del pueblo. Vamos como siempre. No me considero mal jugador pero la verdad es que mi fortuna con las cartas es nula y ya se sabe cuando no hay cartas es imposible ganar (quien no se consuela es porque no quiere).

viernes, 29 de octubre de 2010

Un cuadro


El beso robado (1780)


Jean-Honoré Fragonard

miércoles, 27 de octubre de 2010

Actualización

Esta entrada ya no tiene vigor.

He sucumbido.

Y vosotros diréis, y a mí, ¿qué?.

Pues tenéis toda la razón, pero era por actualizar el estado de la cuestión.

domingo, 24 de octubre de 2010

Educación y paciencia


La educación es un bien preciado que debemos conservar como oro en paño. No dejan de ser formulismos que ayudan a mantener la tranquilidad a la gente y no perder los nervios creando situaciones que nos acercan a la violencia.

Hay gente que abusa de la educación de los demás y nos ponen a prueba constantemente. Uno de esos casos se da con las llamadas telefónicas de empresas que pretenden vendernos algo, en muchas ocasiones son empresas de telecomunicaciones que nos instan a cambiar de compañía.

Son llamadas repetitivas a las que ni siquiera presto atención y que ignoro por sistema. Si algún día pretendo cambiar de compañía ya me ocuparé de buscar la que mejor se adecue a mis necesidades (al margen de los problemas que tendré para darme de baja). Respuestas estereotipadas sirven para deshacerme del vendedor de turno. Los receptores de mi mensaje ya debieran saber por la naturaleza y el tono de las mismas que no estoy interesado. El problema es cuando no captan el mensaje:

“Lo siento en este momento no puedo atenderle”

“pues le llamó más tarde”

“No, no se moleste, no me interesará”

“si aún no sabe qué le ofrezco”

“Ni lo sé ni me interesa, muchas gracias”

“seguro que le complacerán nuestros servicios”

“Que no joder, que no me moleste. Adiós”

Y cuelgo, al final ha conseguido que sea desagradable, cosa que no es de mi agrado, pero ha tensado demasiado la cuerda. La duración de la conversación acostumbra a variar según mi estado de ánimo. A veces es más larga y otras mi paciencia es menor. Como el caso siguiente

Acabo de trabajar, he vuelto a recibir una llamadita como la antes descrita. He templado mi “ira” y he conseguido deshacerme del interlocutor sin ser desagradable. Ya en mi domicilio me dispongo a tomar una ducha. Cabe decir que espero una llamada pero me arriesgo. Agua templadita, canción hortera de turno que tarareo mientras el agua se desliza por mi cuerpo. Relax total, el mejor momento del día y…..RING RING. Mierda, el teléfono, seguro que es X que me llama como habíamos convenido. Raudo y veloz cual gacela huyendo del leopardo me apropio de la toalla y corro al teléfono. El pasillo mojado por mis pies y:

“Diga…”

“Buenas tardes llamo de Vodafone (por ejemplo)

“Pues ya se puede usted ir a tomar viento fresco” (sustitúyase viento fresco por otras palabras menos agradables y más escatológicas)

Cuelgo y vuelvo a la ducha con una extraña sensación de desahogo y culpabilidad. Y recuerdo cuando la situación se produjo a la inversa.

En el fondo es una tesitura con la que ya cuentan, está en su sueldo.

viernes, 22 de octubre de 2010

miércoles, 20 de octubre de 2010

La cara de tonto que se te queda

Pues eso, tierra trágame pensaría el portero protagonista de este penalti. Era una eliminatoria de Copa en Marruecos en la tanda de penalties allá por principios de septiembre.

Como decimos en catalán: "no diguis blat fins que estigui al sac i ben lligat", vamos que "hasta el rabo todo es toro".



Y para compensar una versión más mundana, salchichera, amateur del tema:

domingo, 17 de octubre de 2010

Petar burbujas

Nada mejor para desestresaros que esta original aplicación.

¿Quién puede resistir la tentación de tener entre sus dedos las burbujas de los plásticos de protección y no petarlas?

Y es que relajaaaaa......

miércoles, 13 de octubre de 2010

Pie de foto de El Periódico

El jueves se enfrentaban en El Palau Sant Jordi de Barcelona Los Ángeles Lakers y el Regal Barça. El campeón de la NBA y el Campeón de Europa de baloncesto.

EL Periódico de Catalunya se hizo eco de este acontecimiento y publicó la crónica en su sección de deportes.

Leo el titutar y seguidamente paso a leer la crónica, estadísticas y demás y finalmente llego al pie de foto de la foto que ilustra la información:



Y como podeis ver el texto es el siguiente:

"Alarit inatoratum orbenir que ta vili intilis. Sulic vidie facio in talissentius num el seus silis bonsulia?. Satu."

Tras comentar con los amigos el hecho y fotografiar la página al llegar a casa acudo al señor que todo lo sabe, es decir google e introduzco el texto.

La búsqueda de "
Alarit inatoratum orbenir que ta vili intilis. Sulic vidie facio in talissentius num el seus silis ... no obtuvo ningún resultado.


Pues no, no lo sabe todo.

Examino el texto y acudo al diccionario de latín para indagar un poco. Hay términos que parecen latinos, desisto de traducirlo, mis conocimientos de tal lengua están tan muertos como la lengua en sí.

Sigo investigando y llego a otro pie de foto del mismo diario con el mismo texto, esta vez del 22 de septiembre del 2010 en un artículo sobre la candidatura de Tarragona para los Juegos Mediterráneos del 2017.



Sin duda los señores de El Periódico de Catalunya han sufrido el ataque de algún duende en su sistema informático que al menos dos veces, se la ha colado.

domingo, 10 de octubre de 2010

Bruce Springsteen en el Tívoli (II)

Continuación del post Bruce Springsteen en el Tívoli (I)

Efectivamente, mis pies vuelan al destino final.

Eso ocurre en los primeros diez metros, en los siguientes metros de la carrera paso a ser un mortal más, desisto de batir el récord mundial y ahora mis piernas simplemente adquieren un ritmo más que aceptable. Pero los metros pasan factura y diez metros más allá las fuerzas decaen, si antes volaba, luego corría ahora simplemente me arrastro por el asfalto de la Ciudad Condal a la espera de llegar al destino o desfallecer, lo más probable, por el camino.

No sé cómo pero he llegado al destino, una bonita melodía de toses me recibe en la cola. Sin dudar me uno a tan curioso coro, y no por convicción propia, estoy hecho polvo, los pulmones colapsados y las piernas no responden, “cof, cof”, ya me siento integrado en la multitud. Parece que el rock and roll y el atletismo no tienden a seguir caminos parejos. “Cof, cof”. Al menos ya he llegado a una cola que ya da media vuelta a la manzana, pocos minutos después la rodeará totalmente. Al poco rato llega a la el resto de componentes del grupo que nos separamos un km. atrás bajo el lema de “nos vemos en Planet Music, búscate la vida”. He llegado el primero si bien es cierto que tres veces más perjudicado que las tres chicas que me acompañan en la cola, sin duda no han dado lo mejor de sí mismas para alcanzar la meta. “Cof, cof”, sigue el coro general.

Ahora sólo queda esperar. Me dispongo a la primera incursión al principio de la cola para ver cómo está la cosa. La cosa está “mu mala”. La puerta de la tienda de discos no acoge una cola sino una aglomeración indiscriminada de gente apelotonada, aprisionada y casi asfixiada en pos de sus anhelos. Si antes éramos los bisontes de Bailando con lobos, ahora parecemos el mogollón de cebras que esperan cruzar el río en busca de nuevos pastos de un documental de tve2. Al menos nosotros no seremos devorados por los cocodrilos (¿o sí?).

Vuelvo a nuestro sitio. Las puertas no se abren, ya pasan de las diez. Se acercan las once y la cola no avanza, las puertas parece que no se han abierto. Radio Macuto de nuevo a plena marcha: que si al final cambian el sitio otra vez, que si han repartido números y el que no tenga ya se puede ir, que si se ha colapsado el sistema… Qué hacer, cómo obrar, a qué atenerse. Hay que informarse y la única manera factible es volver al inicio de la cola a ver qué pasa.

“Esperadme aquí, voy a ver qué pasa”.

Recorro los más de cien metros de cola. La situación es la misma. Montañas de carne humana, sin rastro de cola organizada, ni inicio de la venta. La gente silva, grita enojada ante la situación. Observo a cierta distancia y cuando me dispongo a volver a informar a los demás suena el disco de Bruce por unos altavoces con el objeto sin duda de aplacar a las fieras. El efecto es el contrario, parece que aún nos falta un estadio para alcanzar el título de animales y la música no nos amansa, al contrario, la gente se enerva aún más. “Encima cachondeo, menos música y más vender entradas”. Se produce una avalancha y sin comerlo ni beberlo me encuentro en medio de esa bola humana, a escasos cinco metros de la puerta de la tienda. Pienso qué hacer, sin duda me quedo a ver qué pasa (por otra parte es baladí tomar otra decisión, imposible moverse de allí). Observo una comisaría justo enfrente de Planet Music, eso me alivia. Sin duda de aquí poco intervendrán para restablecer el orden público y la cola se organizará y nos relajaremos todos, podremos sentarnos durante la espera, dejar de intercambiar fragancias corporales con nuestros semejantes. E incluso ir a tomar un café mientras nos guardan la tanda.

Pero no, la autoridad no interviene y la situación empeora, el tránsito cortado por la multitud, las lipotimias a la orden del día, los gritos e insultos continuos. Pero la policía no actúa hasta varias horas después dedicándose a poner unas vallas que lo único que hacen es que ese mogollón del principio de la cola no aumente su volumen.

Al final, objetivo cumplido, varias horas más tarde he conseguido las dos entradas para el concierto (cada persona sólo podía adquirir un par) a un precio nada módico y en unas condiciones que causan vergüenza ajena.

Vuelvo, al fin, a la cola a visitar mis acompañantes que me reciben no sin admiración y sorpresa. “Pensábamos que te habían abducido los marcianos o te habían secuestrado un ejército de gnomos”… Les explico lo sucedido y guardo cola para conseguir el resto de entradas necesarias. Pero cuando faltan apenas veinte personas para la entrada de Planet Music anuncian que se han agotado las localidades. Han sido seis horas infernales y sólo hemos conseguido dos entradas. Me queda el consuelo que una de ellas es mía.

Vuelvo a casa no sin antes recoger el coche del parking, que por cierto me ha costado una pasta (siete horas después). Vuelvo a estar presente, por cuarta vez, en un concierto de Bruce.


miércoles, 6 de octubre de 2010

Emergency bra


Leyendo el jueves pasado un diario gratuito me llamó la atención la siguiente noticia : una científica ucraniana ha ideado el emergency bra, que a la par que sujetador, sus copas actúan como mascarilla protectora de sustancias tóxicas.

Me quedé sin palabras y en tal estado me encuentro aún. Seguramente Quique San Francisco o Andreu Buenafuente (o sus guionistas) extraerían de este hecho brillantes monólogos dignos del Club de la Comedia. chistes fáciles se me ocurren pero nunca equiparables al estupor y asombro que me ha causado la noticia. Tan "brillante" como el invento me parece la capacidad de su creadora de llegar a la conclusión que la humanidad necesita tal artilugio para sobrevivir.

Y no soy el único en pensar que el invento es baladí. No en vano fue premiado en la entrega de los premios Ig Nobel del 2009. Premios que valoran la extravagancia y originalidad de diversos inventos científicos.

Os dejo con un video demostrativo donde su creadora Elena Bodnar nos explica el funcionamiento de la(s) peculiar(es) mascarilla(s).



No me queda menos que admirar la naturaleza humana que ha dotado a las mujeres de dos pechos sin duda para poder salvar a algún hombre en un hipotético ataque masivo con gases tóxicos y perpetuar así la especie. Sí, lo siento, ya dije que no haría chistes fáciles, pero es que la carne es débil.

domingo, 3 de octubre de 2010

Bruce Springsteen en el Tívoli (I)



Cuando alguien siente una admiración especial por un artista en concreto linda, en ocasiones, la barrera de la razón para poder disfrutar de sus actuaciones en vivo. Bruce Springsteen siempre ha sido una referencia musical y ha conseguido que actúe de forma casi adolescente para conseguir las entradas de sus directos. Al no contar con contactos que me ahorren esperas y demás sacrificios he tenido comúnmente que realizar largas colas para hacerme con las valiosas localidades. Anécdotas hay de todos los colores y han sido periódicamente parte de mi cotidianidad.
Tenemos suerte los seguidores del Bruce de poder verle con cierta asiduidad en Barcelona, aún así la expectación ante una futura visita del músico siempre desata pasiones entre la multitud.
Jueves, 2 de mayo de 1996. Las entradas para los dos conciertos acústicos en el teatro Tívoli de Barcelona se ponen a la venta. Son sólo 3.200 entradas para dos conciertos acústicos. Muy pocas entradas (Bruce ha sido capaz en el 2008 de llenar dos Camp Nous: cerca de 180.000 entradas).
La mañana se prevé dura. Nadie sabe dónde se venderán las entradas. A las 9:45 h. se anunciará por la radio en qué lugar, a partir de las 10 h. se podrán adquirir las ansiadas localidades. Aún así la gente desde primera hora de la mañana hace colas en diversos posibles puntos de ventas. Este extraño método de venda pretende eliminar la reventa.
Aparco el coche en un parking cercano. Hemos quedado a las 9:00 h. en la tienda de discos Virgin sita en la confluencia de Gran Vía y Paseo de Gracia. La cola en este lugar ya da la vuelta a la manzana. Nadie sabe nada concreto: los rumores se multiplican, Radio Macuto está a punto de explotar.
Desistimos de unirnos a la cola formada y esperamos a que la radio nos proporcione tan valiosa información. Llega la hora y la sorpresa es evidente: el punto de venta elegido es una tienda de música (Planet Music) que sólo funciona hace un mes. La suerte es que está relativamente cerca de donde nos hallamos (Mallorca esquina Enric Granados), calculo que a un kilómetro de nuestro punto de encuentro.
A partir de aquí la locura colectiva, la histeria general. Una desbandada digna de la escena de los búfalos de Bailando con lobos, sólo que ahora los animales somos nosotros. Los turistas alucinan pepinillos (“estos catalanes están locos”). La zona se colapsa y se llena de motos y coches a los que accede, parece que indiscriminadamente, el personal. Nuestro grupo se dispersa bajo la consigna “nos vemos en Planet Music”, cada uno se busca la vida. Un servidor, bajo los efectos de la estresante situación, observa la multitud que se sube a motos que estaban a la espera de la noticia, no advierto que es posible que piloto y ocupante de la moto ya se conozcan de antes. Opto por seguir esta conducta y me subo a la primera moto que veo que la ocupa un solo ocupante, sin pensar demasiado ocupo el asiento e insto a la chica a que me lleve a Planet Music. Pero hay un fallo: que no conozco a la moza que pilota la moto ni ella tiene le menor intención de seguir mis instrucciones. Un “quita bicho”, o algo muy similar me devuelve al mundo de la racionalidad. Parece que el concierto no es el centro del mundo ni encontraré una solución salvadora de esta índole como lo hacen los detectives en las pelis de cine negro.
Segundos de angustia me invaden: bajo de la moto ante la invitación de la conductora (“quita bicho”). Busco taxis cercanos pero la tarea es imposible, el colapso es total, sólo las motos pueden avanzar ante tal caos (“quita bicho”). Una lucecita se enciende y veo la única solución de avanzar ante tan tumultuosa situación: mis propias piernas se encargarán de transportarme a la tierra de promisión que en mi caso es una tienda de discos ubicada a mil metros (más o menos) de donde estoy.
Dicho (pensado) y hecho. Me dispongo a batir el récord mundial de mil metros espoleado por la posibilidad de adquirir la entrada.
Pongo pies en polvorosa.
Un constante “quita bicho” se repite en mi mente mientras mis piernas corren, que digo corren, vuelan, hacia la calle Mallorca esquina Enric Granados.
Continuará

sábado, 2 de octubre de 2010

Un hecho real

A un hombre de unos 70 años le está entrevistando un periodista en plena calle. El hombre entrevistado se expresa del siguiente modo:

Soy hijo de exiliados.
Tuve que pasar la infancia fuera de mi tierra y hasta los 10 años no pude volver a España por culpa de Franco.
A mi padre, pobrecito, no sabíamos ni dónde enterrarle.
Mi madre estuvo muchos años en silla de ruedas.
Ya tengo más de  70 años.
Hace meses me sacaron el 30 % de un pulmón.
Mi mujer es inmigrante.Tengo tres hijos con ella.
De los tres sólo trabaja una, la del medio,.... pero no cobra nada.
Todos, incluidos los nietos, viven de mi asignación.
La mayor se acaba de divorciar.
Mi yerno se daba a las drogas y al alcohol y la ha dejado con dos niños.
El pequeño de mis hijos aún no se ha ido de casa y además se ha casado con una divorciada y la ha traído a vivir con nosotros. Esa señora antes trabajaba, tenía muy buen puesto, pero desde que vino a mi casa ya no hace nada. Ahora tienen dos niñas que también viven bajo nuestro techo....y para colmo este año, con lo de la crisis, casi no nos hemos podido ir de vacaciones y si me apuras...... ni he podido celebrar que España ha ganado el Mundial.


- el periodista pone los ojos muy redondos y comenta:


"Majestad, no creo que su situación sea tan mala".

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