Se trata de un movimiento reflejo e irrefrenable común a todos los animales vertebrados (si bien sólo en humanos también el género femenino es capaz de bostezar). Tensamos la mandíbula, inspiramos aire con la boca abierta para luego espirar rápidamente el aire. Una sensación de bienestar finaliza tan complejo proceso.
Aburrimiento o sueño son los síntomas más conocidos de este acto. Pero esto no es del todo cierto. Aún no hay respuestas definitivas al respecto.
Es un proceso imposible de evitar una vez comenzado (como el estornudo). El bostezo se activa antes de un acontecimiento importante para activar un estado de alerta y vigilancia acorde con esa nueva actividad. Así bostezamos antes de ir a dormir o al despertarnos, antes y después de comer. Es como un aviso al cerebro de que nuestro organismo se prepara para una nueva tarea: dormir, despertarse, comer, hacer la digestión. También esos estímulos pueden ser emocionales, psicológicos e incluso sexuales.
No se han encontrado en el bostezo ninguna utilidad práctica. Se habla de oxigenación de pulmones, regular la temperatura corporal y del cerebro,… Al respecto Andrew C. Gallup y Gordon G. Gallup, Jr., realizaron un experimento (en Albany) en el cual aplicaban bolsas de agua caliente y bolsas de hielo en la cabeza de unos estudiantes. Los que soportaban el hielo bostezaron repetidamente y los de la bolsa caliente apenas lo hicieron. Pudiera parecer que ello responde a un mecanismo del cerebro para enfriarse pero es una hipótesis que no parece probada ni plenamente aceptada (y en ningún caso unicausal).
Parece que su origen debemos buscarlo en una necesidad de sincronización de tareas entre grupos (antes de comer, cazar, atacar) invitando al resto del colectivo a compartir una actividad.
Este hecho también puede explicar otra peculiaridad del bostezo: es altamente contagioso, si bien sólo en hombres y primates. El hecho de ver a otra persona bostezar o el mero hecho de hablar de ello produce un curioso efecto de contagio difícil de explicar (y que pone en entredicho cualquier causalidad física). Las personas esquizofrénicas y autistas se ven excluidas de esta sintomatología de contagio. Los enfermos de Parkinson no bostezan (cosa relacionada con una sustancia química, la dopamina, que utiliza el cerebro al bostezar y de la que adolecen los que sufren tal patología).
También se habla del bostezo como sintomático de preparación para tener relaciones sexuales (por aquello de preámbulo a un cambio de actividad física/intelectual). Es por ello que ante una cita romántica no os toméis a mal un bostezo de vuestro acompañante pues ello no es más que una señal “para entrar en harina” (supongo).
Espero que la lectura de este post os haya sido beneficiosa y que os haya provocado algún que otro bostezo que ahora sabéis que no es de tedio sino que es una preparación para la actividad que debéis hacer a continuación, vosotros mismos.
Aburrimiento o sueño son los síntomas más conocidos de este acto. Pero esto no es del todo cierto. Aún no hay respuestas definitivas al respecto.
Es un proceso imposible de evitar una vez comenzado (como el estornudo). El bostezo se activa antes de un acontecimiento importante para activar un estado de alerta y vigilancia acorde con esa nueva actividad. Así bostezamos antes de ir a dormir o al despertarnos, antes y después de comer. Es como un aviso al cerebro de que nuestro organismo se prepara para una nueva tarea: dormir, despertarse, comer, hacer la digestión. También esos estímulos pueden ser emocionales, psicológicos e incluso sexuales.
No se han encontrado en el bostezo ninguna utilidad práctica. Se habla de oxigenación de pulmones, regular la temperatura corporal y del cerebro,… Al respecto Andrew C. Gallup y Gordon G. Gallup, Jr., realizaron un experimento (en Albany) en el cual aplicaban bolsas de agua caliente y bolsas de hielo en la cabeza de unos estudiantes. Los que soportaban el hielo bostezaron repetidamente y los de la bolsa caliente apenas lo hicieron. Pudiera parecer que ello responde a un mecanismo del cerebro para enfriarse pero es una hipótesis que no parece probada ni plenamente aceptada (y en ningún caso unicausal).
Parece que su origen debemos buscarlo en una necesidad de sincronización de tareas entre grupos (antes de comer, cazar, atacar) invitando al resto del colectivo a compartir una actividad.
Este hecho también puede explicar otra peculiaridad del bostezo: es altamente contagioso, si bien sólo en hombres y primates. El hecho de ver a otra persona bostezar o el mero hecho de hablar de ello produce un curioso efecto de contagio difícil de explicar (y que pone en entredicho cualquier causalidad física). Las personas esquizofrénicas y autistas se ven excluidas de esta sintomatología de contagio. Los enfermos de Parkinson no bostezan (cosa relacionada con una sustancia química, la dopamina, que utiliza el cerebro al bostezar y de la que adolecen los que sufren tal patología).
También se habla del bostezo como sintomático de preparación para tener relaciones sexuales (por aquello de preámbulo a un cambio de actividad física/intelectual). Es por ello que ante una cita romántica no os toméis a mal un bostezo de vuestro acompañante pues ello no es más que una señal “para entrar en harina” (supongo).
Espero que la lectura de este post os haya sido beneficiosa y que os haya provocado algún que otro bostezo que ahora sabéis que no es de tedio sino que es una preparación para la actividad que debéis hacer a continuación, vosotros mismos.
Vincula desde tu Blog este Post!
Efectivamente, ha sido empezar a leer i solamente viendo las fotografías, he empezado a bostezar.
ResponderEliminarmuy curioso sese, yo leí hace tiempo en alguna revista cientifica que el bostezo es para eliminar dioxido de carbono...??? (no me preguntes por qué)
ResponderEliminary por lo que nos has contado supongo que no te ofenderás si te confieso que he bostezado tres veces mientras lo leía....;)
Un saludo
Jajajaaj, he bostezado, ha sido imposible reprimirlo y es que aunque el post no es en absoluto aburrido, la sola mención de el me ha contagiado.
ResponderEliminarGracias Créspi por visitar mi blog.
Besos y bostezos^^
Jordi, yo últimamente bostezo con el Barça, pero ahora desconozco cuál es la causa de ese bostezo
ResponderEliminarNunu, la verdad es que soy profano en la materia pero he aprendido cosas curiosas por lo que puedo concluir que no me ofenden tus bostezos jeje
Dianna, yo respondiéndoos ya he soltado un par de bostezos ;-)
Hasta otra y gracias por vuestra visita
Pues yo venía a decir... que no me fijé en un primer momento que erais varios los autores del blog :)
ResponderEliminarYa me he enterado... supongo que pensaríais que quién es la loca que va soltando besos así tan ricamente sin conoceros jajaajj
Sorry, es que ando siempre algo acelerá ;))
Gracias a todos por visitar y comentar en mi blog, sois encantadores y vuestro blog me encanta!!
Besos a repartir^^
Que sepas que somos todos como uno (aunque algunos tengan puente y otros no, grrr.) y tus besos los compartimos todos. A partir de ahora queremos cinco besos por comentario ;-) jeje
ResponderEliminarun beso (mejor dicho, cinco)
Bueno yo no bostecé, aunque sí me estoy tomando un delicioso café porque tengo mucho sueño y estoy en la oficina :D
ResponderEliminarClauminara: sueño y oficina son conceptos que nunca deberían ir ligados. Te aconsejo un bostezo que te ayude a desperezarte y afrontar la jornada de trabajo con energía;-)
ResponderEliminarUn saludo
Hm... me recordaste/is jeje... una mañana fresquita de primavera, sentada en unos colchones en el suelo, leyendo un cuento a un@s peques acurrucadill@s en brazos, piernas... un@s pegadit@s a otr@s casi recien amanecid@s tod@s! jejeje... Ese día no podía dejar de bostezar al ver los dibujos del bebé protagonista durmiendo o bostezando! jajajajaja!! Imposible terminar de leer el cuento! :-D Eso si... mereció la pena cuando las risas y las cosquillas lo llenaron todo! jajajaja!!
ResponderEliminarUn saludo! ;-)
Me alegra (nos alegra) que este post haya servido para evocar/recordar tan entrañable escena en esa mañana primaveral
ResponderEliminarUn saludo entrañable