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domingo, 1 de noviembre de 2009

La Sábana Santa (Síndone)

Pese a todos los avances tecnológicos el misterio de la Sabana Santa de Turín (Síndone) sigue perpetuándose en el tiempo.

Tras largos años de hermetismo la Iglesia permitió a los científicos actuar. Eso sí, dogmáticamente la Iglesia no declara que sea ni falsa ni verdadera, al no tratarse de un dogma de fe la veracidad de la tela no altera los postulados del catolicismo. Las pruebas del Carbono 14 (1988) no fueron definitivas, y no por la eficacia del método sino por la mala elección del trozo de tela que se analizó. Para no deteriorarla en demasía se optó por cortar un trozo de una esquina de 8x1 cm. y mandar tres pedazos a tres laboratorios para que independientemente dataran la fecha correcta. Las fechas finales fueron entre 1260-1390.

Parecía que esta era una prueba irrefutable. Pero no, poco después se descubrió que el pedazo escogido era morfológicamente distinto a otros trozos de la sábana. Se descubrieron en tal fragmento restos de algodón que no existían en el resto de la tela donde la era puro lino. Este hecho desbarató por completo la fiabilidad de la datación ya que se demostró que en esa zona del sudario había sido reconstruida, seguramente en las fechas datadas (siglo XIV): dada la mala calidad del tejido en esa zona se entrelazó en la urdimbre algodón. Incluso se usó una especie de cola para que homogeneizar el color de las hebras de algodón nuevas y las de lino antiguo por lo cual no se advierte diversidad tonal en tal parte del lienzo.

Se debían, pues, repetir las pruebas de datación del carbono 14. Pero surgió un nuevo inconveniente: durante la exposición del sudario se apreció la presencia de ácaros. Para evitar tal inconveniente se trató la mortaja con una solución química. Se solucionó el tema de los microorganismos nocivos pero, por el contrario, el tratamiento anuló las posibles dataciones posteriores pues tal solución desvirtuaba la fiabilidad de posteriores mediciones mediante el carbono 14.

Sólo una solución: los trozos ya quemados (1532) de la sabana, permitirían someterse de nuevo al carbono 14 y obtener por fin una datación fiable de la Síndone. Pero ahora por ahora el Vaticano no parece estar por la labor.

Al margen de la datación en sí la Sabana Santa nos presenta otros misterios de difícil explicación. La impresión de la imagen no se explica (no hay restos de ningún tipo de pigmento), responde a un deterioro natural de la urdimbre de la tela, un desgaste de determinados hilos de la tela que dibujan la imagen conocida y curiosamente más evidente en el negativo de la propia imagen, que tratada con una especie de convertor de fotografías a imágenes tridimensionales dibuja una figura perfectamente lógica.

Además, estudios sobre patologías que presenta un crucificado confirman que los rastros de sangre, deformaciones digitales y otros elementos se ven plasmados en la figura de la sábana. Es decir la imagen dibujada en el lienzo pertenecía a alguien que fue crucificado.

Son demasiadas “trampas” imposibles de realizar en la época original de la mortaja (sea medieval o del siglo I) para dudar de su autenticidad. Otra cosa es que no corresponda a la época de Jesucristo, o que, simplemente, no nos creamos que perteneció a Jesucristo.

En definitiva, sigue siendo un acto de fe creer o no creer en la veracidad de la Síndone ya que la ciencia de momento no ha podido demostrar la falsedad de la Sabana Santa. Quien no crea no tiene elementos para debatir a quien esté convencido, y éste tiene indicios (éstos explicados y otros como análisis del polen, por ejemplo)) para seguir creyendo en su autenticidad.

8 comentarios:

  1. Hay tantos misterios sin resolver alrededor de la iglesia que a mi ya no me sorpende nada..

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  2. Bueno, al fin y al cabo, la fe es eso no?, creer en algo que no tiene explicación racional....

    tarde o temprano terminamos encontrando el por qué de las cosas, es cuestion de tiempo...o eso "creo" yo...

    el problema es cuando no se quiere dar respuesta a ciertas preguntas porque, evidentemente, no conviene....

    Un abrazo

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  3. Sommer: pero la religión tiene la coartada de la fe para que esos misterios no sean ningún inconveniente en la creencia de cada cual

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  4. Nunu: tiendo a creer que lo que se nos escapa es más por nuestras limitaciones que por causas llamémoslas "extraordinarias". Qué sé yo, las piramides, por ejemplo, estoy seguro que algún día hallaremos la explicación lógica y terrenal de su existencia, ¿o no?

    Un abrazo

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  5. Ya, pero es que es al revés: no hay que demostrar la falsedad de la sábana sino la autenticidad de la misma. Una cosa es la fe y otra la ciencia.

    En cualquier caso, seguirá siendo un negocio para el templo y comercios aledaños, que es lo que explicaba la aparición en la edad media de tantas reliquias religiosas y el boom económico de aquellas parroquias.

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  6. No surrender: es que aún siendo como dices hay otros misterios de la sábana de difícil explicación.

    Saludos

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  7. Yo si creo.
    Y todo lo relacionado con los misterios de la Sábana Santa me ponen los vellos de punta.
    Sí creo que fuera de Jesucristo.
    Me ha gustado mucho leer esta entrada, por conocía los detalles del polen pero no el porqué no valían las pruebas del carbono 14.
    Un besito.

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  8. LadyLuna: en el fondo es una cuestión de querer creer o no querer creer, ambos bandos tienen argumentos para defender su postura.

    Besos

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