La lotería vacacional

Afrontar unas vacaciones en  un lugar más o menos desconocido siempre supone un riesgo a la hora de acertar en los alojamientos seleccionados. Que si hotel o apartamento, que si es imprescindible piscina y aire acondicionado, que esté bien situado, que esté bien de precio, alquilar coche…

Y no siempre consigues la perfección, es más, rara es la vez que te aproximas a ella.

En Canarias conseguimos un  buen precio en unos apartamentos bastante decentes, al margen de las cucarachas que campaban por las zonas comunes, un tanto vetustos pero aceptables, salvo que estábamos en medio de la nada.

Luego, en Tenerife, más de lo mismo, unos apartamentos de narices pero otra vez en medio de la nada, salvo del aeropuerto, cada diez minutos un sonido atronador de un avión que aterrizaba o despegaba a pocos metros perturbaba la calma general de los residentes, en su mayoría ingleses de permanente birra en mano y camiseta de su equipo como perenne indumentaria. Y encima huelga de taxis y un alquiler de coches que nos tomó por tontos.

Escarmentados optamos en Málaga, Benalmádena, por una ubicación céntrica y al ladito de la playa. Perfecto, unos apartamentos buenos, baratos y bonitos, pero menos, y es que las cucarachas campaban a sus anchas por la bañera de un apartamento (y ante la queja el encargado soluciona el tema regalándonos un bote de spray Cucal), y el otro apartamento en una planta baja con un mega hotel de guiris en frente que aseguraba un ininterrumpido tránsito de beodos y escandalosos ingleses.

Claro que en otras ocasiones hemos disfrutado de magníficas torres con piscina en zonas tranquilitas, acertando en la lotería de la elección de residencia en vacaciones.

Vamos que ha habido de todo.

 Y todo esto viene al caso  porque me asomo a la ventana y veo en unos apartamentos frente a mi casa una familia de extranjeros ataviados cual turistas al uso que han sido ubicados en una localidad del área metropolitana de Barcelona, lindante a una zona industrial lejos de donde  supongo que desearían estar, es decir, cerca de la playa y de las zonas turísticas en general. Unos apartamentos dotados de piscina y otras comodidades, cercanos a la Feria de Muestras de Hospitalet ideales para ejecutivos o grupos de gente que visiten el Salón del Manga, del Cómic o cualquiera de los certámenes a celebrar en el recinto ferial hospitaletense.  Pero,¡ pobres guiris!, obligados a alquilar un coche que no saben si podrán aparcar u optar por un transporte público en el que invertirán no menos de cuarenta minutos para estar en algún lugar donde puedan ejercer de guiris.

¡Pobrecitos!

Y es que quien más quien menos ha sufrido decepciones de este tipo en sus periodos de asueto vacacional, ¿no?, ¿nos las explicáis?