Pues aquí seguimos, en nuestro particular "no puente". Divagando sin ton ni son sobre esas semanas raras que poquitos son los que trabajan y la actividad blogueril se resiente.
Pues eso, que en la entrada anterior me dio de pensar al respecto del tablero de la oca que tengo/tenía en casa y que era el que muestra al imagen que ilustra el post. Y me percaté que los futbolistas que aparecen en las casillas de la oca son ¡Di Stefano y Kubala! y el ciclista es ¡Guillermo Timoner! (lo que no sé si la folklorica de la casilla 26 era Concha Piquer). Veo en el google que este tablero es de los años 60, ahí es nada. Hombre, soy mayor pero no tanto, que yo lo disfruté ya entrados los '70 e incluso los '80. Y es que además este es el tablero de la oca (al otro lado parchís, como ha de ser) que en más ocasiones he visto en casas ajenas e incluso lugares de ocio tales como bares y cafeterías. Y hablamos de un tablero de los años 60.
Y me da de pensar que es en el que más gusto me siento diciendo aquello de "oca a oca..." y "de puente a puente y tiro porque me pasa la corriente".
Yo supongo que este fue el primer tablero que existió en España (aunque el juego date de tiempos inmemoriales) y el que más ha perdurado en el tiempo y en la memoria de todos nosotros. O no, ¿o soy yo que estoy cada día más gagá, jeje?.
Y es que hay objetos, y ahora generalizo, a los que les tomas cariño. Cosas que te remontan en el tiempo y te traen buenos recuerdos. Este tablero de la oca, el Scalextric... Y no sólo juegos, esa bandeja que cuando estaba enfermito de niño servía para acoger los alimentos que ingería sin abandonar la cama, esa bandeja que presentaba una imagen, una fotografía, de un canastillo de gatos recién nacidos y que transmitía ternura, delicadeza y que era capaz de estar mirando sin cansarme mientras mis mandíbulas y mi estómago batallaban "contra" el "muy saludable" trozo de hígado que los médicos habían aconsejado que comiera porque tenía muchas vitaminas...
O ese coche atrutinado, viejo y abollado que estaba ansioso de cambiar pero que cuando lo hice me dio mucha penita.
En fin, nostálgico perdido que se está volviendo uno.
Y vosotros, ¿conservaís ya sea físicamente o en la memoria objetos más o menos cotidianos que os evocan buenos recuerdos?,¿con qué tablero de la oca habéis jugados más veces?...
Pues tendré que buscar el tablero de la oca, pero yo creo que el de mis padres es anterior y nacional.
ResponderEliminar¿Tú estás seguro que "atrutinat" existe en castellano?.
Yo recuerdo de los juegos de casa de mi abuela, los palillos chinos y el tablero que había que empezar quitando la bolita de en medio.
Yo tengo aquí un tablero antiguo, de muchos años pero en buen estado, a mi hija ya le va gustando, pero a su padre no, por lo que está guardado a buen recaudo.
ResponderEliminarCreo que tenía un tablero de la oca como ese, pero nunca me fijé en los futbolistas, ni en el ciclista, ni en lo demás. El de ahora ni sé cómo es, a ver si lo miro...
ResponderEliminarUn abrazo.
Mi tablero era ese mismo, el de Kubala,tambien me acuerdo del dominó que teniamos en casa (y aún tiene mi padre), y de las barajas de naipes, que jugabamos a la brisca, al tute, al arrastrao y al burro con mi abuela y mi tio.
ResponderEliminarDespués ya vinieron el monopoly, el trivial (estos ya los compré yo con mi sueldo y es que una tiene una edad y parte de otra...)
saludo.
pseudosocióloga: anteriora easte de los años 60? Y además nacional (que no sé que debe ser eso)
ResponderEliminarYa me imaginaba que el término atrutinado no existe, pero es que el adjetivo catalán define tan bien el estado de mi ex coche...
Un abrazo
Ruben: pues ya aes raro que un tablero tan antiguo guste más a la hija que al padre. Parece contradictorio, jeje
ResponderEliminarSaludos
hécuba: lo delos futbolistas lo descubrí ya mayorcito, cuando supe quiénes eran Kubala y Di Stefano. Además tendían que haber puesto alguien del Bilbao, Iríbar, por ejemplo, ¿no?
ResponderEliminarUn abrazo
maria: nunca tuve dominó en casa, auqnue este juego acostumbra a heredarse de generaciones anteriores de la familia y suelen estar algo desgastadillos.
ResponderEliminarUn saludo
Pues yo tengo un cariño especial a un juego "muy moderno" para ti y que te debió coger grande ya :-P
ResponderEliminarOperando , aquel muñeco con una bombilla roja por nariz que cuando le operabas para quitarle algún organo o hueso si tocabas el cuerpo se quejaba y encendía la nariz.
Me encantaba y el día que los reyes me lo trajeron estaba mas feliz que una perdiz.
Celia: al contrario, es demasiado antiguo para mí, cuando salió aún no había nacido, jeje. El día de Reyes sin duda era el escogido en el calendario cuando éramos peques, con cuánta ilusión íbamos a la cama con el firme propósito de no dormirnos y ver a sus magestades en persona... y nunca lo conseguíamos
ResponderEliminarUn beso
Sí, hay cosas a las que se le coge mucho cariño y cuesta deshacerse de ellas, como en la peli Toy Story 3 cuando el niño guarda los juguetes porque ya creció y se acuerda de vivencias que lo hicieron muy feliz. Para él eso era un mal trago. Menos mal que después se solucionó la cosa ;-)
ResponderEliminarEl tablero de la oca está chulo, Sese.
Un saludo. Buena entrada.
PD: La nostalgia forma parte de la gente que va creciendo, si no fuera así sería muy raro.
Javier Simpson: es curiosos, que todos habéis hablado de juguetes y no de objetos de otro tipo, en cualquier caso son el mejor exponente de esa nostalgia, que al menos demuestra que en un pasado fuimos felices.
ResponderEliminarSaludos
Yo aun conservo un tablero de oca con el parchís detrás y me encanta jugar. Eso sí el dominó se lleva la palma, mi padre juega casi a diario con sus colegas y hacen hasta campeonatos.
ResponderEliminarapple: pues ya le puedes decir a tu progenitor que cuando vaya por allá le reto a una partidita de dominó, también a mí me gusta.
ResponderEliminarSaludos
En casa de mi madre se conservan algunos juegos de mesa desde los años 80 que solo al mirar sus cajas me entra la nostalgia hasta por las orejas. De hecho al leerte me han entrado ganas de hablar de ellos.
ResponderEliminarPero si hay algo que me trae buenos recuerdos a capazos son los indios de plástico con que jugábamos mi hermano y yo de pequeños, y que increiblemente aún conservamos!!
Hala, Sese, más ideas para el blog me llevo de aquí.
JuanRa Diablo: Indios y vaqueros, que los que iban a caballo tenían las piernas en forma de paréntesis para encajar en el caballo. Y los soldados de plástico pequeñitos que vendían en sobres de papel...
ResponderEliminarSaludos (y seguro que haces algún post de los tuyos, interesantísimo)