Para cierta generación marcaron un hito en nuestra infancia y adolescencia.
Desde los primeros milloncetes hasta los juegos de última generación con máquinas de pantalla táctil de Photo Play..
Pero parece que han llegado a su fin, las alternativas particulares en forma de cónsolas y ordenadores han hecho que esas máquinas que valían un duro, 25 pesetas, o un euro ya no tengan cabida en los antros de perdición que son a veces los bares y que ahora hayan sido ocupado su espacio por las siempre rentables maquinas tragaperras.
Pero decía que ya desde niño ansiabas tener unas pesetillas en los bolsillos para ir al bar y jugar a eso milloncete mecánico, de a dos pesetas, cinco bolas y a esperar que los astros se portarán bien y pudieras conseguir partida rápida ya sea por puntuación o por lotería (y conocer el truco para ello).
Luego llegaron los ping balls digitales, con marcadores electrónicos.
Nunca fui bueno en tales juegos, si acaso alguna máquina puntual se me daba bien pero no era de los que atrajera los curiosos a mi alrededor.
Y llegaron las maquinas de marcianitos. Creo que los invaders fue la primera y a fuerza de jugar y jugar conseguí cierto dominio.
He aquí los marcianitos que se me dieron bien (generalmente por reiteración más que por habilidad)
Y he aquí los que aun insistiendo nunca llegué a dominar.
Son juegos en los que coincidí en los bares que tenía cerca. Mención especial para el legendario Bar El Trull de La Llacuna.
Eran tiempos en que acudías después de comer raudo a la maquinita con tus cinco duros con la esperanza que no hubiera mucha cola. Y es que era habitual cuando los "maestros" del jueguecito en cuestión decidían jugar, podían estarse más de media hora y congregar a multitud de curiosos para admirar la pericia con los mandos. Romansen con los asteroides, Laforgue con operación defender....
Nunca fui uno de esos héroes, más bien era parte del público que admiraba la pericia de los susodichos "maestros".
Así que intentabas ir a horas de poca aglomeración y rezabas por no tener más de un par de niños delante (y que no fueran muy hábiles) y sobre todo que no viniera ningún grandullón para colarse. Lo cual era moneda común.
En fin historias de la niñez que nuestros futuros, afortunadamente, no volverán a revivir. Aunque eso sí son historias cargadas de agradables anécdotas que siempre arrancan una sonrisa cuando las recuerdo.
A mí me pillaron un poco niña, pero recuerdo que miraba alucinada cómo los mayores más diestros con estas maquinitas pasaban pantallas y pantallas. Siempre los admiré. Ahora, con las consolas y esas cosas, no me llevo muy bien. Me pasa como a ti, que cuando un juego se me da bien es por repetición, no por habilidad.
ResponderEliminarBesos
Dorothy; a mí particularmente los de lucha eran los que peor se me daban, eso de coordinar los golpes lo llevaba fatal y acababa aporreando todos los mandos indiscriminadamente.
EliminarPetons
La verdad es que lo de las recreativas es ya historia, y una pena, porque es un elemento mitico en la infancia de muchos, a mi ya mas que marcianitos me pillaron las peleas callejeras y los de plataformas pero se añoran por los bares ese rinconcito que tenia enganchado a los niños!
ResponderEliminarVerillo: bueno, de algún modo los críos habrán salido ganando: la pasta que nos dejábamos en las maquinitas (que acostumbraba a ser casi toda la semanada) la utilizarán en otras cosas, no?
EliminarBesos (ya ves que entrada tan "otoñal" jajaja)
Conmigo no hay caso, nunca me atrajeron los juegos de consolas ni los flippers ni los videojuegos... eso sí, adoro un buen partido de pool.
ResponderEliminarSaludos!!
Ana Laura: bueno, hubo una época que si no te defendías en estas maquinas como niño o adolescente parecía que eras un poquito menos que los demás, jaja
EliminarSaludos
Bueno, yo siempre fui bastante contra corriente, pero sé a qué te referís. :)
EliminarA mi me encantaban, anda que no iba pidiendo cinco duros veces donde mis padres!!!
ResponderEliminarVale, tengo una edad... pero me pones nostálgica con estas entradas y, de hecho, tengo alguno de estos juegos para pc :-)
Besos
mientrasleo: la verad es que tanto juego tganto juego los que me atraen, que ahora ya son poquitos son los más sencillos, los de todo la vida
EliminarBesos
jajjajajajaja... eso has estado recordando este verano???? ainssss pajaroooo!!!!!!!!!
ResponderEliminarme encanta abrir el buzon!!!!!!!!!!!!!! vuelvo, rauda y veloz, pero parece que las pringles funcionan!!!
un besico, sesé!!!!
Pumi: hoooola!!! esta y otras muchas cosas más que en el verano, o al menos eso dice, hay tiempo para todo
EliminarUn beso, mañica!!
Los marcianitos son el único juego al que yo me enganché y mi hermana llegó a robar del monedero de madre para jugar.
ResponderEliminarpseudosocióloga: yo le sisaba monedas de 25 pesetas a mi hermana de una hucha que era una botella de fontvella que en teoría entraban las monedas, a presión, y era imposible sacarlas. jajaja (que no se entere nadie)
Eliminar¡Nostalgia man al ataque! :D
ResponderEliminarLas recuerdo todas, si bien solo me decanté por el Tetris, que las demás no terminaron de engancharme nunca. Sin embargo con el Tetris me abstraía de todo y de todos.
En mi caso fue el Bar El taxista, de Elda, el punto de encuentro donde ir soltando esas pesetillas. Qué tiempos, ¿eh canoso? :p
JuanRa Diablo: es que el tetris era, y es adictivo a tope, recuerdo cierto fin de semana que incluso llegué a soñar con las fichas cayendo y tratando de encajarlas,
EliminarY sí. la nostalgia vende, y para los que tenemos canas es un tema recurrente.
Saludos