La Sonrisa etrusca de José Luis Sampedro nos habla de un mundo de contrastes, de un mundo de contradicciones, la vida y la muerte, la juventud y la vejez, la guerra y la paz, el norte y el sur, la tradición y la modernidad, lo rural y lo urbano...
Todo ello a través de las vivencias de un anciano que descubre que le queda poco tiempo de vida. La lucha contrarreloj por ver crecer a su sobrino, su afán por sus primeros pasos, por sus primeras palabras le hará aferrarse a la vida y revivir aspectos de ella que creía olvidados, al amor, la amistad vuelven a la vida de este gruñón anciano que abandona su Calabria natal para pasar sus últimos días en casa de su hijo en Milán.
Aparentemente es una novela que pudiera caer en la ñoñería fácil pero que la elude sin dejar de ser un relato tierno a la par que sarcástico. Llegamos a apreciar al viejo sin sentir compasión de él.... Su lucha más que contra la muerte es contra el olvido, su única meta es pervivir en la memoria de su nieto y ello le dará las fuerzas que el cáncer, la Rusca que llama él, le va robando.
La difícil relación con sus semejantes, ya sea la familia, ya sea en la inmensidad de la urbe contrastan con su sencillez, con su tradicionalismo, es la vieja dicotomía del Norte y del Sur, la tradición vs la civilización urbana...
Spoiler:
Y la sonrisa etrusca, esa que ve en un sarcófago en un museo a su llegada a Milán y que le acompañará durante el relato para abrazarle en el lecho de muerte con su nieto de testigo que pronuncia sus primeras palabras en la agonía del anciano una vez ya ha perdido su guerra particular.
Unza buena novela, un relato tierno que atraerá al lector que empatizará con un anciano moribundo que a la vez es cascarrabias, testarudo, maleducado... y que le hará reflexionar sobre el olvido que sufren nuestros mayores en la sociedad actual.
Ficha técnica:
Título: La Sonrisa Etrusca
Autor: José Luis Sampedro, 1985
Editorial: Alfaguara
Colección: hispánica
Fecha edición: 2009
Páginas: 312
Mmmmmmmmmmmmm me encantó... Sampedro es muy amable de escuchar, de ver, pero también de leer... esa característica suya que te hace entrar en mutismo para que no se te escape ni uno de sus pestañeos... también aparece en su narrativa, verdad?
ResponderEliminarY bueno jijijijiji no complica la vida al lector con mundos y atmósferas rocambolescos a lo... Vian jaaaaaaaaaaaaaaajajajajajjajaa
Aaaaaaaachuchones!!!! muchos!!!!
No la he leido, no tengo mucho tiempo, pero me la apunto.
ResponderEliminarTiene buena pinta, y me gusta ese tipo de historias.
Fijate que la leí hace muchisimo tiempo, y no recuerdo de qué iba, pero si recuerdo que me aburrio un poco.
ResponderEliminarEsto de la literatura es tan relativo, que es muy dificil coincidir en el veredicto.
Un besete!.
¡¡¡Apuntado!!! Pero porque has dicho que no era ñoño XD.
ResponderEliminar¡¡¡Apuntado!!! Pero porque has dicho que no era ñoño XD.
ResponderEliminarNo lo he leído pero vaya que si entran ganas... Parece una muy buena opción de lectura.
ResponderEliminarSaludos.
India: retrata perfectamente a ese anciano y la desubicación que sufre, sus ansias de vivir...
ResponderEliminarY Vian tiene lo que tiene, que parece un relato plano y de golpe suelta una excentricidad que no sé si viene mucho al caso, aunque eso sí, las atmósferas que describe son atrayentes. Seguiremos insistiendo jeje, a ver si le pillo el punto del todo, jeje
Achuchonesssss!!!
Ruben: tú que has escrito últimamente sobre abuelos y nietos, seguramente apreciarás en su justa medida la ternura del relato
ResponderEliminarSaludos
CreatiBea: pues compoarto tu opinión al respecto, una novela llena de ternura y que llega al corazón, pero eso sí, carente de sensiblería barata.
ResponderEliminarSaludos (sin humo) y buenas fiestas.
Sandra: pues me voy a tomar como algo personal coincidir con alguna lectura contigo, a ver cuál nos gusta a ambos, porque últimamente no son de tu gusto mis recomendaciones, jejeje.
ResponderEliminarBesos y buena semana
Doctora Anchoa: pues ese es el mayor logro del relato, conseguir emocionarnos sin caer en el "ñoñerismo"
ResponderEliminarSaludos
Kinezoe: pues ya sabes, cuando no sepas qué leer ten en cuenta esta recomendación. AL menos así tienes ya pistas sobre el libro
ResponderEliminarSAludos
Lo he leído hace poquito y confieso que el anciano me ponía un poco de los nervios. Pero el libro en sí me gustó. Un abrazo.
ResponderEliminarhécuba: lo vi en tu blog y tuve la suerte de pillarlo en la biblioteca esa misma semana, muy buena novela, aunque me sigo quedando con La vieja Sirena.
ResponderEliminarUn abrazo
Me encanto este libro, aunque es curioso que hasta que no he leído de que iba no lo he recordado... solo me sonaba el titulo. Me he quedado perpleja.
ResponderEliminarCelia: me pasa muchas veces eso de leer un libro y luego prácticamente no acordarme ni de que iba, eso sí, nunca se me olvida si me gustó o no.
ResponderEliminarUn beso
Hace muchísimos años que lo leí. Naturalmente lo recuerdo de pe a pa porque su relectura ha sido obligada para mí con el paso de los años.
ResponderEliminarTiene un punto "Delibes" que lo hace tierno, pero no ñoño porque es templado en carácter...y aderezado con pinceladas tipo Paco Martínez Soria en la ciudad.
Mira que yo soy rubia... y soy más de Grisham, Clancy y esas cosas de usar y tirar. Pero éste, junto con La Casa de los Espíritus de Allende y dos o tres más son referencias en mi vida.
Jajaja venga, a ver si hay suerte y coincidimos, no te doy piestas sobre lo que me suele gustar :D
ResponderEliminarEs uno de mis libros favoritos. Lo he releído un par de veces y siempre me ha emocionado.
ResponderEliminarsaluditos
Fiebre: comparto tus opiniones, también me gustó La Casa de los espíritus, lo único que he elído de Allende, y hay tiempo para todo, incluso para lecturas de usar y tirar, por supuesto.
ResponderEliminarBesos
Sandra: pues lo seguiremos probando, jeje. Seguro que en alguna opinión coincidiremos, tarde o temprano ;)
ResponderEliminarBesos
Lillu: una lectura muy aprovechable y digna de ser releída (aunque no soy muy partidario de ello)
ResponderEliminarSaludos
Esta lectura me gustó mucho. Hace ya tiempo que la leí.
ResponderEliminarLa lucha contra el olvido...
... el otro día, de camino a casa, vimos unos ventanales que forman parte de la sala de estar de una residencia de ancianos. Estaban sentados, con la quietud y el silencio de los ancianos, y la manos sobre la mesa. Había varios separados entre sí, no se percibía ningún grupillo. Veladamente pude observar la escena, sentí una pena enorme...
... la escena tampoco le pasó desapercibida a mi hija. Soltó espontáneamente esta frase:
_Ay, mami... qué pena, mira... con lo contentos que estarían cuidando de sus nietos y escuchando la radio.
Me hizo nudo. Y pensé que qué suerte que mi hija ha conocido la vejez así, escuchando la radio y cuidando de los nietos (a la par que dejando que éstos hagan lo que les apetece).
;)
Gracias.
ana: o el pervivir a través del recuerdo.
ResponderEliminarSon las dos caras de la moneda, de la vejez, la amable y la dura, la del arrinconamiento, momentos duros ingratos de vivir y de contemplar.
Un beso