Las cenizas de Ángela es una autobiografía de la infancia de Frank McCourt. Nacido en Estados Unidos emigró de pequeño a Irlanda, tierra natal de sus padres.
La historia se describe en primera persona y en tiempo presente. Los avatares, las desgracias se suceden en el relato, un padre alcohólico es la gran rémora de una familia que no consigue salir adelante.
La narración desde el punto de vista de un Frank niño está llena de ternura, inocencia y humor. En ningún caso se buscan culpables de una situación que por enojosa no deja de ser la única que conoce Frank y por tanto trivializa la gravedad de la misma. Cuando el colmo de la felicidad es tener el estómago lleno, cuando la única meta es poder ayudar a la familia a comer a diario, todo lo demás es secundario, ni una indigna vivienda, ni unas condiciones higiénicas deplorables, ni la muerte de tres de sus cinco hermanos hace que Frank se cuestione quién es el culpable de todo ello. Aún así adora a su padre y admira a su madre (Ángela) verdadera víctima y heroína de la historia.
Hablamos de los años 30, la Gran Depresión ha devuelto a los McCourt a su Irlanda natal, concretamente al pueblo de Limerick. Pero las condiciones no mejoran y la caída es continua. Parece mentira que podamos comparar las condiciones del siglo XX con las que hallamos en las novelas de Dickens. Pero lo cierto es que continuamente evocamos a los típicos ambientes dickesianos (la Inglaterra decimonónica, niños protagonistas, adultos crueles, la pobreza de la época)
Una novela recomendable, amena, fácil de leer y llena de humor que me ha hecho reflexionar, por otra parte sobre las causas que nos llevan a valorar mejor una obra de ficción si ésta está basada en hechos reales. Lo propio pasa en las películas, por qué a las salidas del cine citamos que “además los hechos son reales”. Por qué nos parece entonces que esa película, ese libro, son mejores cuando simplemente debemos valorarlos como “productos artísticos” que son por sí mismos.
Las cenizas de Ángela Frank McCourt
Traducción Alejandro Pareja
Editor Maeva
Colección Biblioteca de bolsillo
Número de Páginas 485 "
¡Primer! Me gustó muchísimo ese libro. Sobre todo la manera en la que está escrito; cuenta unos hechos durísimos sin el mínimo asomo de amargura o rencor (lo que sería de esperar).
ResponderEliminarVí la peli sin leer el libro antes :(
ResponderEliminarCuando pueda me resetearé el disco duro cerebral para leerlo limpita.
Un mensaje para Crespín,si se me permite:Se te echa de menos!tus canillas permanecen en nuestro recuerdo ;P
Achuchones!!!
Las cenizas de Ángela me gustó mucho. Además conozco al traductor lo que le da más aliciente. Sin embargo, no puedo decir lo mismo de los otros libros de McCourt, que no me gustaron demasiado.
ResponderEliminarUn abrazo
Doctora Anchoa: es posible que esa ausencia de rencor sea a causa de que es la única realidad que conoce Frank niño.
ResponderEliminarSaludos
India: también he visto la película y vale la pena verla. Si acaso se pierde un poco ese oscurantismo de que hablo.
ResponderEliminarUn abrazo (a Crespín le pondremos en busca y captura a ver si da señales de vida, tampoco yo sé demasiado últimamente de él)
hécuba: pues "felicita al chef" por su obra. Es lo único que he leído del autor aunque he visto que otros libros siguen con su biografía. La pérdida del punto de vista del niño en la narración adivino que hará perder calidad a otras novelas biográficas.
ResponderEliminarUn abrazo
Ni vi la peli ni leí el libro, pero recuerdo que le tenía ganas... ahora tendré que buscarlo para ver si me gusta. Que seguro que sí, me gustan las historias humanas y si están bien contadas, mejor.
ResponderEliminarYo tampoco lo he leído ni he visto la peli, pero me pasa como a Sonix, que siempre me despertaba curiosidad. Algún día caerá :)
ResponderEliminarsaluditos
A mí no me gustó nada. Sin embargo, no tuve suficiente, y leí la continuación.
ResponderEliminarMe gustó tan poco como la segunda, lo es, pero los libros me los había dejado mi tía, y le habían gustado mucho... A día de hoy, cuando me recomienda un libro, le suelo dar largas.
Ha tenido una vida muy dura, se han cometido injusticias con el, sólo ha habido tiempos duros en Irlanda... pobrecito, pobrecito, pobrecito... snif, snif vamos a llorar
Aunque a veces creo que es que me he vuelto un poco insensible.
Sonix: pues son de esos binomios peli-libro que al menos no desentonan en la comparación, si bien el libro parece más oscuro.
ResponderEliminarSaludos
Lillu: pues ya sabes, a la lista de las lecturas (y pelis) pendientes, ¡si es que no acabaremos nunca de leer todo lo que queremos!
ResponderEliminarSaludos
Robin: pues a mí me gustó, es ameno y tiene la visión de la realidad desde el punto de vista de un niño. Seré blandito pero este "truco" acostumbra a gustarme.
ResponderEliminarCierta vecina me dejó una vez un libro con aquello de bueníiiiisimo y cuando lo leí ví que era un verdadero truño (desde mi punto de vista, claro). No tuve valor de decirle que no me había gustado nada, así que cada vez que me ve me "amenaza" con nuevos préstamos (yo le doy largas).
SAludos y gracias por comentar
Yo la leí hace tiempo; y aun recuerdo cómo se dibujaban en mi mente esos ojos de niño sin rencor pero llenos de necesidad. Me conmovían especialmente los biberones con azúcar que les daba su madre a los peques... ufff... eran como si hubiera conseguido lo mejor. Y la niña... Es un libro muy duro, por real.
ResponderEliminarSaludos.
ana: es esa visión del niño donde no se cuestiona la injusticia de verse privado de lo esencial en la vida, esa inocencia y ese humor que desprende el relato lo que me atrajo de la narración
ResponderEliminarUn abrazo