Salgo de casa de buena mañana, camino por la calle y descubro una nueva pintada en la fachada de un edificio. Me cruzo con un vecino, “buenos días”, ni me saluda.
Cojo el metro y observo unos jóvenes que no pagan, saltan la barrera protectora orgullosos de su felonía. En el andén un grupo habla, más bien berrea sin tener en cuenta que pueden molestar a los demás. Una anciana en el vagón y a nadie se le ocurre cederle su asiento. Llega mi estación de destino y eso de antes de entrar dejen salir se lo pasan por el forro. Hago trasbordo y en el nuevo trayecto un grupo de skins increpan a un mendigo que pide limosna en el metro. Suben los de seguridad y desalojan al anciano, es la solución más fácil. Me apeo y ya en la calle intento cruzar un paso cebra, ningún coche se para ni aun teniendo en cuenta que un anciano espera cruzar a mi lado.
Al final lo conseguimos.
Observo que hay un coche en doble fila, un hombre se ha apeado a buscar tabaco abandonando su vehículo sin importarle el lío que tras de él ha ocasionado, coches cambiando de carril que ocupan el cruce anterior e impiden la circulación a los que bajan por la avenida perpendicular.
Llego al trabajo y el jefe está de mal humor y la paga conmigo, aplico aquello de callar y otorgar.
Voy a desayunar y el camarero no tiene el día me sirve cuando le apetece sin ni siquiera obsequiarme con un buenos días.
Cojo el autobús de vuelta a casa. El conductor no espera a que una señora ,que viene corriendo con su carrito de compra, pueda coger un autobús que sólo debe esperarse diez segundo para tan “buena acción”.
De camino a casa soy testigo del enésimo robo al guiri de turno de las pertenencias (total los infractores aunque sean pillados a las dos horas volverán a estar en la calle delinquiendo)
Llego a casa y pongo la tele, la Belén Esteban berreando e increpando a no sé quien sin ton ni son.
Llega la hora del fútbol, los aficionados del equipo local insultan con gritos y cánticos racistas a un jugador de color del equipo contrario.
Acaba el match y cambio de canal, con un sandwitch a modo de cena voy a parar a un programa de política que deja verdes a los que no piensan como ellos, los mensajes de los televidentes son aún peores, parece que sea un delito no ser de su “bando”. Hastiado cambio de canal y doy con una tertulia deportiva, más de lo mismo.
Cojo el metro y observo unos jóvenes que no pagan, saltan la barrera protectora orgullosos de su felonía. En el andén un grupo habla, más bien berrea sin tener en cuenta que pueden molestar a los demás. Una anciana en el vagón y a nadie se le ocurre cederle su asiento. Llega mi estación de destino y eso de antes de entrar dejen salir se lo pasan por el forro. Hago trasbordo y en el nuevo trayecto un grupo de skins increpan a un mendigo que pide limosna en el metro. Suben los de seguridad y desalojan al anciano, es la solución más fácil. Me apeo y ya en la calle intento cruzar un paso cebra, ningún coche se para ni aun teniendo en cuenta que un anciano espera cruzar a mi lado.
Al final lo conseguimos.
Observo que hay un coche en doble fila, un hombre se ha apeado a buscar tabaco abandonando su vehículo sin importarle el lío que tras de él ha ocasionado, coches cambiando de carril que ocupan el cruce anterior e impiden la circulación a los que bajan por la avenida perpendicular.
Llego al trabajo y el jefe está de mal humor y la paga conmigo, aplico aquello de callar y otorgar.
Voy a desayunar y el camarero no tiene el día me sirve cuando le apetece sin ni siquiera obsequiarme con un buenos días.
Cojo el autobús de vuelta a casa. El conductor no espera a que una señora ,que viene corriendo con su carrito de compra, pueda coger un autobús que sólo debe esperarse diez segundo para tan “buena acción”.
De camino a casa soy testigo del enésimo robo al guiri de turno de las pertenencias (total los infractores aunque sean pillados a las dos horas volverán a estar en la calle delinquiendo)
Llego a casa y pongo la tele, la Belén Esteban berreando e increpando a no sé quien sin ton ni son.
Llega la hora del fútbol, los aficionados del equipo local insultan con gritos y cánticos racistas a un jugador de color del equipo contrario.
Acaba el match y cambio de canal, con un sandwitch a modo de cena voy a parar a un programa de política que deja verdes a los que no piensan como ellos, los mensajes de los televidentes son aún peores, parece que sea un delito no ser de su “bando”. Hastiado cambio de canal y doy con una tertulia deportiva, más de lo mismo.
Me voy a dormir y sueño con los angelitos.
Un día como otro cualquiera, aunque a veces es mejor soñar que vivir.
Obviamente esto es una ficción pero podría ser perfectamente creíble. Ése es el problema, ¿hacia donde vamos?
R E S P E T O (por favor)
Yo voy, claramente, hacia el ostracismo. Cada vez me gusta menos la gente y su comportamiento así que tiendo a aislarme. No es bueno, lo sé, pero peor es cabrearme constantemente viendo esas actitudes. Es triste pero la educación y el respeto son valores en horas bajas.
ResponderEliminarsaluditos
al menos has soñao con los angelitos, que ya es algo
ResponderEliminarVoy a ser positiva :)
ResponderEliminarTambién hay quien cede los asientos y para en los pasos de cebra. Quien sonríe y saluda, quien es amable, quien no ve a Belen Esteban y no cree que los de su partido político lo hace todo bien. Lo que pasa es que no se les ve demasiado, pero haberlos haylos :)
Un abrazo.
Lillu: además de no ser bueno es posible que pierdas la oportunidad de conocer a gente fantástica que sea todo lo contrario a lo que he escrito. Creo que una alegría en este aspecto compensa muchas de las decepciones que podamos tener con gente que no vale la pena, ¿no crees?
ResponderEliminarSaludos
esgrasiao: cierto, los sueños a veces son buenos mecanismos de evasión y desahogo
ResponderEliminarBienvenido y gracias por comentar
hécuba: tienes razón, hay que ser positivo, y estoy seguro que tú eres de ese tipo de gente que describes.
ResponderEliminarUn abrazo
POdría pasar perfectamente por un "Basado en hechos reales"...es verdad...pero mi actitud frente a ello es siempre la misma,ser todo lo contrario...hay veces que siendo educado consigues que el que no lo es llegue un punto en que casi recuerda lo que es educación y respeto y se siente incómodo por cómo se ha comportado ;)
ResponderEliminarAchuchones!!
No se dónde vamos, no sé en que se va a convertir esto, un "esto" sin educación, sin valores, sin respeto o amabilidad, cosas que son gratis que no cuestan nada y aportan tantos beneficios y que cada vez las personas hacen menos uso de ellas.
ResponderEliminarYo verdaderamente cada vez me preocupo mas por el rumbo que está tomando el asunto, sí que es cierto que aún hay esperanza, que aún queda gente que merece la pena cruzarse en esta vida aunque solo sea por escuchar un buenos días de sus labios, la de veces que me ha pasado a mi eso...me han dejado con cara de idiota tras un buenos dias, un hola, un por favor...y tanto gente joven como mayor que conste. Y nunca lo entenderé
Besos y saludos amables
India: Pues te felicito por tu actitud, si alguien no me saluda (y no es por despiste) le retiro el saludo la siguiente vez, me cuesta ser educado con quien no se lo merece, Hay gente, por otra parte, que le da igual ser educado o no, acostumbra a pasarle a los egoistas
ResponderEliminarUn abrazo
Sí es lo que parece: ése es el problema, que lo que tendría que ser norma se ha conviertido en excepción. También me alegro cuando encuentro alguien generoso, educado, desinteresado pero es que debería ser lo normal. Aunque no por ello dejaremos de intentar ser educados y "buena gente"
ResponderEliminarSAludos
Arkadas de Hipokresia: es que cada vez nos vemos a nosotros mismos como el ombligo del mundo sin importarnos los demás.
ResponderEliminarSaludos
Yo te cuento algo que no es ficción: un pervertido me llama dos días seguidos. Al parecer le ha gustado mi voz (palabras textuales, claro).
ResponderEliminarAyyy y entonces me encantaría cargarme a la humanidad.
Era por si lo querías añadir a la lista de gente sin un ápice de respeto por los demás...
Isi: Espero que ese tocapelotas se aburra de su "gracia" y te deje en paz. Yo antes a los bromistas les dejaba descolgado el teléfono un par de horitas, aunque a mi no me podían llamar ellos no tenían la certeza de cuándo les sería posible volver a usar el teléfono. Ahora no sé si aún funciona así, imagino que también debe ser posible identificar el número desde donde llama...
ResponderEliminarÁnimo y que se solucione pronto la molestia
Es una ficción muy real esa que has descrito. Parece que el civismo y el respeto ya no se llevan. La calle es una selva y la televisión una basura aunque, lógica y afortunadamente, aún hay excepciones (pocas, eso sí).
ResponderEliminarMis saludos. Y pase usted un buen día, Sese.
Kinezoe: esa es la cuestión, que cada vez estamos más cerca de que esto sea la norma y la corrección sea la excepción. En cualquier caso aún queda un largo trecho.
ResponderEliminarMás saludos y buen día para ti también