Siempre que planificas unas vacaciones presupones que las disfrutarás en plenitud de facultades físicas.
Llegado el miércoles 31 me dispuse a emprender el breve trayecto que me separa de la estancia destinada al asueto vacacional con la esperanza que ese mismo día el Barça me diera una alegría deportiva que acompañara los días de descanso que me esperaban.
Así fue y los días transcurrían con esa extraña sensación que el tiempo se detiene a la par que avanza con celeridad hacia ese martes 6 que vería retomar la actividad laboral.
El desarrollo de los hechos seguía el guión previsto hasta que llegó la noche más importante del fin de semana: el sábado. Un extraño cosquilleo nasal fue el primer síntoma de lo que al día siguiente sería un constipado de narices (y nunca mejor dicho). Un trancazo del quince que arruinó el resto de las vacaciones, un constante goteo nasal, accesos repentinos de estornudos y un contínuo lagrimeo han sido mis fieles acompañantes de estos dos últimos días de vacaciones. Pañuelo en mano, el moco goteando y los ojos llorosos parecía más un plañidero de un funeral que un alegre tipo en plenas vacaciones de Semana Santa.
Y mañana martes, vuelta al trabajo con la esperanza que lo peor ya haya pasado, que siga sin tener fiebre (gran consuelo) y que el constipado no siga su curso atacando el cuello y produzca esa persistente tos acompañada del picor de la garganta que lo hace más molesto incluso que ese mencinado "grifo nasal".
Ya veis, éste ha sido el inesperado e indeseado souvenir que me he traído de estas vacaciones.
Y es que a veces un simple constipado puede arruinarnos momentos tan especiales como una vacaciones, ese concierto que estamos esperando desde hace años, una boda, una entrevista de trabajo,...
Ala, me voy a tomar una espirina
Llegado el miércoles 31 me dispuse a emprender el breve trayecto que me separa de la estancia destinada al asueto vacacional con la esperanza que ese mismo día el Barça me diera una alegría deportiva que acompañara los días de descanso que me esperaban.
Así fue y los días transcurrían con esa extraña sensación que el tiempo se detiene a la par que avanza con celeridad hacia ese martes 6 que vería retomar la actividad laboral.
El desarrollo de los hechos seguía el guión previsto hasta que llegó la noche más importante del fin de semana: el sábado. Un extraño cosquilleo nasal fue el primer síntoma de lo que al día siguiente sería un constipado de narices (y nunca mejor dicho). Un trancazo del quince que arruinó el resto de las vacaciones, un constante goteo nasal, accesos repentinos de estornudos y un contínuo lagrimeo han sido mis fieles acompañantes de estos dos últimos días de vacaciones. Pañuelo en mano, el moco goteando y los ojos llorosos parecía más un plañidero de un funeral que un alegre tipo en plenas vacaciones de Semana Santa.
Y mañana martes, vuelta al trabajo con la esperanza que lo peor ya haya pasado, que siga sin tener fiebre (gran consuelo) y que el constipado no siga su curso atacando el cuello y produzca esa persistente tos acompañada del picor de la garganta que lo hace más molesto incluso que ese mencinado "grifo nasal".
Ya veis, éste ha sido el inesperado e indeseado souvenir que me he traído de estas vacaciones.
Y es que a veces un simple constipado puede arruinarnos momentos tan especiales como una vacaciones, ese concierto que estamos esperando desde hace años, una boda, una entrevista de trabajo,...
Ala, me voy a tomar una espirina
Jo vaya, yo se un poquito de eso, cuando planeo algo con antelación, o con mucha ilusión, luego ya sea por enfermedad o por imprevistos de última hora, todo acaba resultando lo contrario a lo que pensaba. Recuerdo aquella vez que planee mi super viaje a Madrid con una amiga y nada más llegar empezó a dolerme terriblemente la muela del juicio con flemón incluido, qué días más malos pasé allí
ResponderEliminarPero bueno, míralo por el lado positivo....al menos no has tenido que faltar al trabajo por enfermedad....jajajaja, lo siento, es broma ;)
Saludos
En el trabajo decimos que siempre caemos malos cuando van a empezar las vacaciones y tenemos planes alucinantes.
ResponderEliminarPiensa que has estado ambientado para vivir la pasión de semana santa ;-D
Un abrazo
Vaya, lo siento :/ En fin, ahora a mejorarse y esperar que las próximas vacaciones vengan con mejor pie!
ResponderEliminarsaluditos
Sí es lo que parece: el dolor de muelas es otro contratiempo típico: en mi caso hizo cancelar un vieje a Mallorca.
ResponderEliminarBimbi: quién sabe si este "martirio" me ha hecho ganar puntos para una felicidad eterna ;)
Lillu: tampoco es para tanto, ojalá todos los males fueran de este tipo, eso sí, la próxima semana santa no me quito la bufanda ni para dormir
Saludos
Vaya, Sese, lo siento muchísimo!
ResponderEliminarTienes toda la razón... planear, es inútil jajaja, siempre pasa algo.
Espero que te recuperes pronto, porque si es una puñeta estar malo de vacaciones... trabajando, auffffff!
5 besos!!
Silvia: ya la cosa se ha tornado soportable, ahora a arrastrarlo hasta verano. Es que me quejo por ná!!
ResponderEliminar5 besos
SESE!!!! Me lo pegaste tu!!!!
ResponderEliminarayer me quedé en casa (primer día de absentismo laboral en 8 años) debido a un extraño catarro que arrastro desde el fin de semana, me llena de mocos, me machaca la cabeza e inlcuso me provoca algún mareo.
Algo tan raro sólo puede venir de ti.
Y lo curioso, es que creo que el sábado compartí mesa con alguien que se te parecía mucho....
Jordi Dalmau: ah claro, la culpa es yo, ¿no?, y por qué no viceversia. Yo creo que te pusieron algo en el, en los gintonics, y luego el cierzo hizo el resto.
ResponderEliminarApa a millorar, a10