McDonalds para la eternidad

Las hamburguesas de McDonalds siempre han ido acompañadas de una colección de mitos (o realidades, según el caso) urbanos, que hablan de su composición, del trabajo entre bastidores (cocina en este caso) y un sinfín de historias, algunas grotescas y algunas más factibles.

La última ha sido sonada y parece bastante creible, ya que la fotógrafa Sally Davies ha retratado una hamburguesa simple, con sus patatas fritas de acompañamiento, durante la friolera de 137 días (casi nada). Resultado: Ninguno.
La hamburguesa (y las patatas!!!) mantiene su aspecto, impasible al paso del tiempo y los elementos que la rodean...

Digo que parece creible porque supongo que esta señora habrá presentado pruebas antes de publicar tamaña investigación y demostrar que los conservantes de las hamburguesas (y patatas) son infalibles...

A ver, no voy a negar que cuando era pequeñajo me pirraba por entrar al McDonalds y ponerme tibio a base de tragar hamburguesas con queso (sin pepinillo). Pero llegado un momento (hacia los 19 o 20 años), comer una senzilla hamburguesa en el McDonalds me cerraba el estomago como si me hubiera tragado un jabalí con guarnición. Igual era una alarma de mi propio organismo... pero es raro que esta alarma no haya sonado con la cerveza, el cava, o los mismísimos frankfurts...

En definitiva, es terrorífico pensar que un pedazo de carne pueda soportar 4 meses y medio sin cambiar de aspecto (niños, no lo hagais en vuestras casas). Que tipo de conservantes le deben meter? Los venden en las farmacias? (no son para mí...), son como la fórmula de la Coca-Cola, solo conocidos por el señor McDonalds?

No voy a sacar conclusiones... Cada uno que coma lo que le venga en gana (solo faltaría), pero por una vez (y sin que sirva de precedente), le hago caso a mi organismo y me mantendré alejado de sus mostradores... solo de pensar en zamparme una de estas me entra un sudor frío.