Más que para el recuerdo sería de vida efímera, qué mala suerte tuvo su inventor. Qué poco sospecharía que a la vuelta de la esquina (me refiero a los ochenta) estaba la "revolución informática" que dejaría obsoletos éste y otros artefactos hasta entonces innovadores e imprescindibles.
Nunca tuve ni hice uso de ninguna. Así que poco puedo opinar al respecto, si era útil o si era un engorro. Si ahorraba tiempo o entre una cosa y otra no valía la pena. Si era fiable o se averiaba más que el Toro Groso de Alguersuari...
En cualquier caso su vida útil se sitúa en a partir de la década de los setenta si bien su limitada popularidad tuvo su esplendor en los años 80.
Poco después ya llegarían los ordenadores y "si te he visto no me acuerdo".
Yo sí tuve una. Cuando nos mudamos uno de los chicos dejó caer la Olivetti de toda la vida y se rompió en mil pedazos. Yo tenía 14 años, y ya empezaban a acribillarme con trabajos en el cole, así que mi madre nos compró una eléctrica. Me costó cogerle el tranquillo, pero enseguida me enamoró. Tenía una pantallita donde podías elegir varias funciones: tamaño, tipo de letra,... ¡y hasta justificaba el texto! Corregir era mucho más fácil, porque hasta que no llegabas al final de la línea no escribía, así que podías volver hacia atrás si se te iba una letra (al principio se iban muchas letras, el teclado era tan suave que los que estábamos acostumbrados a la de toda la vida aporreábamos sin piedad esas teclas delicadas). Creo que todavía anda por casa de mis padres. Fue una bonita transición. Besos
ResponderEliminarVir: cierto, había oído que al final de cada línea debías verificar el texto. La de típex que me hubiera ahorrado si hubiera tenido una. Aunque también me hubiera costado trabajo el tránsito de pasar de aporrear las teclas a simplemente accionarlas.
EliminarBesos
Jo y tan efímero yo ni las había visto, por lo que cuenta vir, tienen muy buena pinta! si que tuvo mala suerte el inventor si...
ResponderEliminarotro gallo me hubiera cantado a mi con ellas si hubiera tenido una de estas en mis clases de mecanografía bufff , costaba tanto mover aquellas teclazas, que la A con el meñique me costo conseguirlo hacer rápido.
Celia: ten en cuenta que los cursos de mecanografía estaban diseñados, digo yo, para máquinas convencionales, con sus diferentes niveles en las filas de columnas...
EliminarPetons
Yo tampoco tuve ninguna, pero mi padre tenía una de las de toda la vida, con su rollo de cinta y la palanca para cambiar el papel, y ese sonido al golpear las teclas. Que recuerdos!
ResponderEliminarapple: y es que son objetos bonitos las máquinas de escribir antiguas, más de uno se habrá arrepentido de deshacerse de ellas.
EliminarPobreta, yo recuerdo la de mi abuelo, y el ruido que hacia me encantaba, además creo que eran mucho mas de fiar que los ordenadores, al menos se estropeaban menos. Que tiempos aquellos :P
ResponderEliminarBesos.
Sandra: tampoco será para tanto, jajaja. ¿O es que no te acuerdas de la parafernalia del típex cada vez que te equivocabas, el cambio de la cinta, del papel, poner papel carbón para hacer copias...? Quita quita, qué tiempos aquéllos pero mucho mejor el ordenador ¡dónde vas a parar!
EliminarBesos
Yo no tuve ninguna así, me pasé directamente al pc... aunque en mi casa si había una, pero no la utilizaba yo jeje, así que no se que tal era.
ResponderEliminarUna a la que si le tengo mucho cariño era a la de mi abuelo, y de eléctrica nada... pero es preciosa, y verde... en casa la tenemos como un adorno más.
Besitos!!!
L87: pues bastantes trabajos para el cole hice con mi vieja y modesta Olivetti Lettera, gracias a Dios llegaron los ordenadores y los procesadores de textos, las impresoras matriciales...
EliminarY son un bonito objeto de decoración junto con las radios antiguas de galena, por ejemplo
Besos
Mi madre usaba una en la oficina, y por lo que decía era una maravilla, comparada con las antiguas de toda la vida, claro. Eso sí, la pobre máquina duró menos de cinco años, fue lo que costó que le pusieran un ordenador.
ResponderEliminarDoctora Anchoa: supongo que la sensación de usar una sería parecida a la de aporrear el ordenador, aunque según cuentan por aquí arriba las teclas eran excesivamente "sensibles".
EliminarSaludos
Pues es verdad que tuvieron una vida más bien efímera. En mi casa nunca hubo una; se pasó de la clásica Olivetti mecánica directamente al ordenador.
ResponderEliminarsaluditos
Lillu: pues también fue ese mi caso. La de tardes de domingos que el sonido de las teclas de la vieja Olivetti Lettera acompañó al carrusel deportivo. El acabar el trabajo de literatura a última hora, como siempre...
EliminarSaludos
Todavía tengo una, no la uso desde hace veinte años, ya no encontraba recambio, borraba y todo sola, lo cual venía muy bien, porque las teclas tenían una sensibilidad endiablada y se disparaban como una metralleta.
ResponderEliminarRuben: pues harías bien en conservarla y cuidarla, quién sabe si en un futuro adquieran un estimable valor.
EliminarUn abrazo
Yo tuve una, sin pantalla, que fue un regalo de fin de curso al pasar a BUP, para poder hacer los trabajos más "profesionales"
ResponderEliminarEn una como la de la foto escribió mi abuelo sus dos libros
Bichejo: nunca tuve ninguna entre mis desdos, así que no me imagino como sería escribir con ella. Qué bonito poder tener un legado de un par de libros de tu abuelo!!!
EliminarSaludos
Huy a mi me compraron una y era como lo más "in" de la electrónica. O lo fue un año y pico, lo que tardó en salir el ordenador y entrar en casa. Eso sí, ocupaba seis máquinas jajajaja
ResponderEliminarNostalgia!
Besos
mientrasleo: es que creo que ni tiempo tuvieron de entrar en el universo de la nostalgia las máquinas electrónicas
EliminarBesos
Pues si te digo que es la primera noticia que tengo ¿me crees? vamos que nos acabas de presentar...Yo conozco la maquina de escribir de toda la vida e incluso alguna vez he usado (con bastante mal atino) una pero esta...de no ser por la aparición de los ordenadores hubiera sido el invento del siglo, pero claro...Ay! de las tecnologías que avanzan tan rápido...
ResponderEliminarbesos!
Verillo: te creo, te creo; y es que su éxito fue efímero, y en una putada que las tecnologías avancen tan rápido, en seguida quedamos desfasados los que no estamos "a la última" permanentemente.
EliminarBesos
Soy de la vieja escuela, en la que aprender a tipiar con los diez dedos era necesario, recuerdo esa olivetti que herede de mi hermana, ya al comenzar a laborar a los 17 años conocí todas las maquinas eléctricas, hasta conocer la computadora con disco flexible y word perfect, ja, ja.. vaya parece que ya tengo mucho tiempo aporreando teclas y hoy en día quien iba a decir que todo se reduce a una pantalla touchscreen. Saludos :)
ResponderEliminarÁngel: pues yo también soy de la antigua escuela, pero de los que aprendió a teclear (nota mental teclear=tipiar) con dos dedos de cada mano, luego se unieron el resto de dedos pero sin ningún criterio lógico ni académico, jeje. Ay!!! El word perfect!!!, en fin una continua evolución informática.
EliminarSaludos
CreatiBea: pues fue una inversión poco rentable, por lo efímera de la misma
ResponderEliminarBendito (y maldito a la vez) ordenador
A mí me regalaron una! Y aún la tengo. A veces resulta más fácil escribir en una de estas que en un ordenador... Imagino que porque en ella no hay más estímulos ni distracciones que un folio en blanco
ResponderEliminar-F osca: seguramente si uno se acostumbra a escribir, hablando de "crear", de un modo concreto luego le cuesta cambiar ese hábito.
EliminarNo tenía ni idea de su existencia! jaja. Bueno quizás resurja de sus cenizas, ahora está de moda todo lo 'vintage', no? ;)
ResponderEliminarPecas: lo malo de este artilugio es que está a caballo entre lo vintage, que serían las máquinas de escribir mecánicas y la modernidad, es decir, los ordenadores, así que tiene chungo eso de resurgir de las cenizas, jeje
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