Muere el hijo de mi profe de mates (Francisco Casavella).

Pensaréis que me he vuelto loco, pero no, no es así. Hoy estoy triste, y lo estoy despues de conocer la muerte del escritor Francisco Casavella. Sucedió duranterante el día de ayer, a consecuencia de un paro cardíaco. Solamente contaba con 45 años, el premio Nadal recién estrenado y toda una vida de éxito por disfrutar. Que perra la vida, siempre se lleva a los buenos prematuramente y en ocasiones nos deja para los restos a quienes mejor no hubiéramos conocido. Lo curioso del caso es que yo a Francisco, no le conocí, ni por supuesto el a mí tampoco. Pero sin embargo siempre fue alguien cercano. Francisco era hijo de mi profesor de matemáticas durante mis estudios de EGB. Era aquel tipo de piel blanquecina, larguirucho al que me cruzaba a menudo por la escalera de su casa cuando me dirigía a las clases de repaso con su padre. Era uno de aquellos a los que en los Escolapios de Sant Antoni de Barcelona, llamábamos "los mayores". Calculad, yo cursaría 7º de EGB y el tenía 5 años más que yo, lo que nos lleva a deducir que aquel tipo que nunca saludaba enfundado en su largo abrigo negro debía estar haciendo COU por entonces. Años después descubriría que aquel tipo se convirtió en escritor. Me enteré a raíz de ver Atartida (1995). Esta peli me impactó y entonces empecé a investigar todos sus entresijos. El guión lo había escrito un tal Francisco Casavella y cuando logré ver su cara en una publicación, quedé pasmado... ¡ostras! si este es el hijo del profesor García !!!. Primero dudé ya que si era aquel tipo que me cruzaba por la escalera, lo lógico es que se apellidara García, ... luego me enteré que su verdadero nombre era Francisco García Hortelano y que lo de Casavella era un nombre artístico. Pasaron los años, y vagamente fui siguiendo su carrera (sin leer un solo libro, lo reconozco), hasta que hace unos cinco años a raíz del gran éxito de su trilogía "El dia del Watusi", la casualidad volvió a entrecruzar nuestros caminos. Su hermano Alejandro García Hortelano resulta que se incorporó al departamento Jurídico de la empresa donde trabajo.
Alex y yo nos dimos cuenta que nos conocíamos y por aquello del mayor y el pequeño, fue el quien me asoció con los Escolapios de Santa Antoni , para el yo era de "los mayores" y a partir de ahí atamos cabos. Luego recordé que para mi Alex era aquel niño que interrumpía la clase particular de su padre, durante un indeterminado Europeo de Balonmano que recuerdo se jugaba en Alemania.
Estábamos a media clase y venia corriendo a grito pelado ... ha marcado Cecilio Alonso!!! ha marcado Cecilio Alonso !!! y claro bronca de su padre !!!. Yo rabiaba por no poder ver el partido por cierto. El recuerdo de que se jugaba en Alemania es porqué fue durante ese Europeo de Balonmano cuando me enteré que existían pabellones deportivos polivalentes, y en concreto la pista de ese campeonato estaba sobre una pista de hielo. Recuerdo como si fuera hoy mismo que Juan de Dios Román, entonces seleccionador y hoy flamante nuevo Presidente de la Federación Española, se quejaba que sus jugadores resbalaban por el exceso de humedad.
Después de esta dispersión nostálgica, retomaré mi comentario para acabar reflexionando acerca de lo cercano que podemos llegar a estar de alguien a quien no conocemos, simplemente por las afinidades, casualidades o avatares que la vida nos reporta.
Esa vida dura y difícil que se empeña en poner barreras a la felicidad. Alex perdió a su padre el verano pasado (mi profe de mates) y ayer a su hermano cuando este parecía que lo tenía todo al alcance de la mano... es ley de vida pero jode.

Hoy cuando se lo he comentado a mi madre, he notado trisiteza en sus ojos, la señora García !!! vecina del barrio de toda la vida, hace seis meses su marido, ahora su hijo, ...cuantas conversaciones en el Mercado de Sant Antoni, con aquel ... que es de sus hijos ... uno escribe libros y el otro es abogado !!! y mi madre respondiendo el mayor trabaja en un banco la niña se casó y el pequeño (yo) vende seguros ... hoy ya no estamos todos y por desgrácia esta conversación ya no podrá repetirse.

Pero su obra queda, escueta, mutilada por culpa de la diosa naturaleza, pero suficiente para rendirle homenaje. Leeré a Casavella, y con ello, de algún modo, tratare de mantener presente a ese pálido larguirucho al que un día me cruce en una escalera.

Animo Alex.

Entrevista en La2Noticias 21-2-2008