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lunes, 31 de agosto de 2009

Programas de cocina

No sé por qué extraño motivo me encantan los programas de cocina, yo que soy incapaz de hacer una tortilla francesa decente me quedo alelado ante este formato televisivo. Admiro lo fácil que parece preparar las exquisiteces y me creo capaz yo también de alcanzar tales cuotas de sabiduría culinaria. Memorizo las recetas y me imagino frente a un fogón preparando los diversos manjares. Espero que nunca pase de esta fase de ilusión ya que los resultados pueden ser funestos. A veces me pierdo en la termionología culinaría, comunmente en los vocablos más sencillos que se dan por supuestos por mis admirados chefs me suenan a chino. No pondré ejemplos para no demostrar cuán grande es mi incultura, mejor, mi analfabetismo culinario. Qué tipo de fuego utilizaría, sería capaz de picar determinada verdura, mientras se cocina el sofrito sin que se queme lo que tendría en otra paella; el horno se ha de precalentar o se ha de poner el alimento dentro sin necesidad de precalentado,... Son carencias de mi formación culinaria que, sin duda unidas a mi ineptitud innata para ello, me frenan en el intento de ponerme con las manos en la masa. Qué es cocer, qué es pochar, que es dorar, que es napar, qué es sellar, qué es... demasiados obstáculos para pasar de ser espectador a cocinero.

Recapacitando al respecto he llegado a la conclusión de lo que me gusta es compartir un rato con alguien que desde el otro lado de la pantalla sea capaz de transmitirme buen rollo. Son personas con las que estoy seguro que alrededor de una caña en un bar pasaría un muy buen rato charlando de cualquier tontería, son, al fin y al cabo, buenos comunicadores.

Algunos ejemplos:

KARLOS ARGUIÑANO
El pionero del "buenrollismo", me parto con él, aunque a veces pienso que en las primeras épocas era más genuino, un "crack", con la inolvidable incursión en el mundo del cine en Airbag y su "tortilla rusa" (¿era así?)







KOLDO ROYO
Más de lo mismo, su actual programa nos acerca la cocina vasca, platos originales explicados con una "campechanería" que seduce a cualquiera, es común que acabe el programa sirviéndose una sidra.







BRUNO OTEIZA
Simpático porque sí, explotando el filón de Arguiñano no tiene miedo Bruno de mostrar una simpatía extrema que si no fuera cierta (así lo creo) sería patética. No es el caso, un colega que nos explica mil batallitas sin riesgo de a caer en el ridículo que caerían otros menos creíbles.







JULIUS
El más cercano, sin tantos alardes como los anteriores la clave está en que es capaz de prepararnos un menú en 22 minutos sin creeerse superior a nosotros, algún día intentaré llevar a la práctica alguna de sus recetas, eso sí, si es supersencilla








Son todos los que están pero no están todos los que son, otro día os cuento más. La clave de su éxito es un poco como los profesores del cole, no es tan importante que sepan mucho como que transmitan, enseñen y seduzcan.

Hasta otra

4 comentarios:

  1. A mí también me gustan mucho los programas de cocina, y tampoco te creas que es importante saber mucho para poder cocinar. Yo tampoco conozco la mitad de los términos y poco a poco los platos van saliendo. El caso es elegir cosas sencillas que estén a nuestro alcance, nada de salsas complejas o procesos extraños :)

    De todos los que has puesto a mí me encanta Julius, que aprovecha todo lo que tiene en la nevera y explica con lenguaje de andar por casa esos difíciles conceptos de la alta cocina. Anímate a seguir alguna receta, que ya verás como no es tan complicado!

    saluditos

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  2. Lillu: lo difícil de poner en práctica las recetas es que nunca tienes todos los ingredientes adecuados para ello y en ocasiones para usar un ingrediente debes comprar una cantidad desmesurada del producto, al margen de las habilidades personales, es otro inconveniente. Quién sabe si algún día me animo a destrozar alguno de esos platos que tan sencillos parecen,....

    Saludos

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  3. ¿Has visto alguna vez a Falsarius? También tiene una página web. Su programa se llama "cocina para impostores", y utiliza como ingredientes básicamente latas de casi todo. Yo he probado alguna de sus recetas, pero con cosas naturales en vez de latas y son buenísimas y muy sencillitas.

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  4. Pues acabo de investigar sobre Falsarius y sin duda es un tipo peculiar, no está mal eso de recetas sencillitas con productos ya elaborados, seguro que soluciona muchas comidas.

    SAludos

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Diu la teva

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