Tras unas merecidas vacaciones musicales solo rotas por orquestas de Fiesta Mayor (algunas peculiares y otras de morirse), la nueva temporada arrancaba el pasado sábado, y lo hacía por la puerta grande. Ni más ni menos que Coldplay, la banda liderada por Chris Martin, llegaba al Sant Jordi a presentar su nuevo disco, “Viva la vida or Death and all his friends”.
Pese a que su nuevo disco no me ha entusiasmado de la misma manera que los anteriores “Parachutes”, “A Rush of Blood to the Head” y “X&Y” (ojo, no estoy diciendo que el disco sea malo, sino que los tres anteriores me parecen tremendos), esperaba hacía tiempo poder verles en directo, y la verdad es que no me decepcionaron...
A las 21:40h, con diez minutos de retraso, arrancaba el concierto con dos canciones de su último trabajo, la instrumental “Life in Technicolor” y la exitosa “Violet Hill”. Después de un buen arranque, no se andaron con sutilezas, y atacaron con “Speed of Sound”, “In my place” y “Clocks”. Tres exitazos en los primeros compases del concierto, que caldearon el ambiente de forma brutal.
A diferencia de otras giras, Chris Martin ejerció más de front-man, sentándose al piano solo para algunas canciones puntuales, y eso le dió todavía más contundencia y ritmo al concierto, que avanzó con temas como “Cementeries of London”, “Fix You” o “Strawberry swing”, tras la cual se trasladaron a un escenario alternativo para interpretar “God put a Smile upon your Face” y “The Hardest Plan”.
Tras una veloz “Talk” (demasiado veloz para mi gusto), sonó uno de sus nuevos himnos, “Viva la Vida”, coreada por el público a viva voz, y sorprendieron situándose en la otra punta del Sant Jordi para interpretar entre el público “The Scientist” y la inédita “Death will never Conquer” (solo accesible a través de Internet).
Y así arrancaron los bises “Politik”, “Lovers in Japan” y la tremenda “Yellow” para rematar la jornada...
Fue un concierto grandioso, con el defecto de su corta duración (apenas hora y media, lo cual me parece un poco rancio para un grupo de su nivel) y muy destacable la puesta en escena, en apariencia tranquila pero que resultó arrolladora... Efectos láser, juegos de luces y pantallas de video en forma de esferas que caían del techo del pavellón, sin olvidar la lluvia de confetti que animó aún más la velada.
Coldplay demostró un nivel alto en sonoridad, calidad y espectáculo. Tras cuatro discos, estan ya sin ninguna duda entre los más grandes. Solo queda decir “hasta pronto...”.
Pese a que su nuevo disco no me ha entusiasmado de la misma manera que los anteriores “Parachutes”, “A Rush of Blood to the Head” y “X&Y” (ojo, no estoy diciendo que el disco sea malo, sino que los tres anteriores me parecen tremendos), esperaba hacía tiempo poder verles en directo, y la verdad es que no me decepcionaron...
A las 21:40h, con diez minutos de retraso, arrancaba el concierto con dos canciones de su último trabajo, la instrumental “Life in Technicolor” y la exitosa “Violet Hill”. Después de un buen arranque, no se andaron con sutilezas, y atacaron con “Speed of Sound”, “In my place” y “Clocks”. Tres exitazos en los primeros compases del concierto, que caldearon el ambiente de forma brutal.
A diferencia de otras giras, Chris Martin ejerció más de front-man, sentándose al piano solo para algunas canciones puntuales, y eso le dió todavía más contundencia y ritmo al concierto, que avanzó con temas como “Cementeries of London”, “Fix You” o “Strawberry swing”, tras la cual se trasladaron a un escenario alternativo para interpretar “God put a Smile upon your Face” y “The Hardest Plan”.
Tras una veloz “Talk” (demasiado veloz para mi gusto), sonó uno de sus nuevos himnos, “Viva la Vida”, coreada por el público a viva voz, y sorprendieron situándose en la otra punta del Sant Jordi para interpretar entre el público “The Scientist” y la inédita “Death will never Conquer” (solo accesible a través de Internet).
Y así arrancaron los bises “Politik”, “Lovers in Japan” y la tremenda “Yellow” para rematar la jornada...
Fue un concierto grandioso, con el defecto de su corta duración (apenas hora y media, lo cual me parece un poco rancio para un grupo de su nivel) y muy destacable la puesta en escena, en apariencia tranquila pero que resultó arrolladora... Efectos láser, juegos de luces y pantallas de video en forma de esferas que caían del techo del pavellón, sin olvidar la lluvia de confetti que animó aún más la velada.
Coldplay demostró un nivel alto en sonoridad, calidad y espectáculo. Tras cuatro discos, estan ya sin ninguna duda entre los más grandes. Solo queda decir “hasta pronto...”.
ja feia dies que esperava la crònica, i la teva visita a Amsterdam, jejeje (quan vulguis).
ResponderEliminarMolt bona!!
O sigui que fins al desembre perds un company de concerts :(
fins ara!
fiufiu
Xesco: Tranqui, que a la que pugui m'escapo al nord a veure't. I tranqui que l'any que ve venen Metallica, U2 i molts altres, així que ja farem via... Una abraçada!!!
ResponderEliminarUna hora y media solamente. Qué poquito!!!
ResponderEliminar