Seguidor@s de Embolica (Hazte seguidor/a)

viernes, 14 de noviembre de 2008

Universal + Igual = a mediocre (por Xavier Sala i Martín)



Esta semana ha sido una de aquellas semanas donde el trabajo se apodera de uno y ha llegado el día de editar mi post y la verdad ,no tengo nada realmente potente con que cumplir con mi aportación al Blog de cada Viernes.


Es por ello que voy a transcribir para todos vosotros, el artículo de opinión que se publicó en La Vanguardia el pasado Lunes 10 de Noviembre y que tiene por título "Universal+Igual= a mediocre. Lo leí la mañana del lunes mientras desayunaba como casi siempre en el Bar "La Tramoia" de Barcelona, (Gran Vía con Rambla de Catalunya)


Trata acerca de la polémica ley de educación que en estos días trae de cabeza a toda la colectividad educativa, más aún después de la publicación del llamado "Informe Bofill", donde entre otras muchas cosas se certifica que el nivel de nuestros estudiantes en la actualidad, presenta un retroceso con respecto a otras generaciones y se sitúan en muchos aspectos por debajo del nivel de otras Comunidades del Estado. Me parece muy apropiada la reflexión del Profesor Xavier Sala i Martín, que por si no lo sabéis es Catedrático de la Universidad de Columbia en Nueva York (E.E.U.U). Este reputado economista, conocido popularmente por sus extravagantes chaquetas y corbatas y a su vez por ser asesor económico de la directiva del FC. Barcelona, habitualmente defiende unos criterios eminentemente liberales. En muchas ocasiones choca con las tesis que actalmente son defendidas y puestas en práctica en nuestro país, y aquí no iba a ser una excepción.

No pretendo dar la razón a unos u otros, pero el artículo que os presento considero que debe ser tomado en cuenta.


"Por Xavier Sala i Martín, Columbia University, Fundació Umbele y UPF (LA VANGUARDIA, 10/11/08)":




Universal+Igual = a mediocre



"¿Qué tienen en común los nativos de Uganda, un decano de Harvard y la Fundació Jaume Bofill? Veamos: en 1982, tras un brote de ébola en Uganda, la OMS envió centenares de médicos. A las pocas semanas, los nativos constataron que en los pueblos donde había más doctores, había más gente que moría. Dedujeron que los doctores traían la enfermedad y… los asesinaron.
En 1988 un decano de Harvard observó que los estudiantes que habían ido a clases particulares de SAT (exámenes de entrada parecidos a la selectividad) tenían peores notas que los que no lo habían hecho. Concluyó que las clases privadas eran perjudiciales y recomendó que no se utilizaran.
En el 2008, la Fundació Jaume Bofill ha publicado un estudio que estima que las escuelas que agrupan a los niños por niveles (es decir, que enseñan a ritmos distintos a los estudiantes que mejor siguen las clases y a los que les cuesta más) obtienen peores notas medias que las que ponen a todos los niños en una misma clase. El informe recomienda que el Gobierno impida la separación.
Estos tres ejemplos tienen una cosa en común: cometen el error estadístico elemental de confundir correlación y causalidad. Los doctores en Uganda no fueron repartidos al azar, sino que se asignaron más doctores a los pueblos donde había más problemas. No eran los doctores los que causaban la infección, era la infección la que causaba la aparición de doctores. Los estudiantes de Harvard no utilizaban las clases particulares de forma aleatoria: los que tenían más dificultades tendían a utilizarlas más, por lo que sus inferiores notas no indicaban que las clases particulares fueran perjudiciales, sino que ellos tenían mayores dificultades.
Y las escuelas que deciden agrupar por niveles lo hacen porque tienen más problemas de adaptación, integración y educación de una parte de los estudiantes. No es que la agrupación cause peores resultados, sino que los peores resultados causan la agrupación. Es más, los centros que no agrupan por niveles tienden a rebajar el listón para que los niños menos avanzados puedan seguir, y con ese listón inferior los estudiantes con más talento sacan mejores notas, cosa que hace subir el promedio en las escuelas que no separan. Pero esas notas superiores no deben ser confundidas con un mejor resultado, sino con una menor exigencia.
Todos estos fallos hacen que el estudio de la Bofill sea fatalmente defectuoso y no aporte ninguna evidencia seria sobre si la agrupación por niveles no funciona. Para saber si funciona, el estudio debería tomar escuelas escogidas al azar que agrupasen a los estudiantes por niveles y, tras impartir las mismas clases con los mismos contenidos y exigencia, comparar todas sus notas con los de las escuelas que no agrupan. La clave es que la selección sea al azar (porque si se deja a los directores que elijan, lo que va a pasar es que las escuelas con más problemas van a decidir agrupar y eso va a sesgar los resultados) y que el nivel de exigencia sea idéntico.
Otra clave es que se analicen todas las notas y no sólo las notas medias. La no separación puede beneficiar a los estudiantes mediocres…, pero perjudica a los que tienen más capacidad o más ganas de trabajar al impedirles desarrollar todo su potencial. Si a uno sólo le preocupan los estudiantes “malos” (como parece ser el caso de la Bofill), entonces uno aplaude su progreso e ignora el perjuicio causado a los demás. Pero ignorar a los mejores estudiantes es injusto, y lo irónico es que esa injusticia se comete con los estudiantes buenos y a la vez pobres, ya que los ricos pueden pagarse escuelas privadas que agrupen por niveles. Es curioso: una vez más, la izquierda que dice defender a los pobres acaba creando un sistema que perjudica a… ¡los pobres!
Y no sólo la prohibición de agrupar por niveles es injusta, sino que puede tener consecuencias negativas sobre la competitividad general de la economía y el progreso a largo plazo. Hace tiempo que nuestros líderes políticos nos dicen que, para ser competitivos, se debe innovar e investigar. Eso está bien, pero ¿quién creen los señores ministros que va a ser el estudiante que, al final del ciclo educativo, va a innovar o investigar: el estudiante medio o el de más talento de la clase? Respuesta obvia. Pues si a ese estudiante más avanzado se le impide desarrollar todo su ingenio intelectual porque se le obliga a seguir el ritmo de los más lentos, ¿qué calidad investigadora e innovadora y qué competitividad piensan los ministros que vamos a tener? Si mañana queremos científicos de primer nivel mundial, hoy debemos permitir que los chavales de más talento y con más ganas de estudiar tengan acceso a conocimientos más avanzados y a clases que reten las fronteras de su intelecto. ¿No ponemos a nuestros mejores deportistas en centros de alto rendimiento? ¿Pues por qué no hacemos lo mismo con nuestros mejores estudiantes? ¿O es que, para los señores ministros, la ciencia y la innovación no son tan importantes como las medallas olímpicas?
El problema de fondo es que los políticos progresistas persiguen (y nos obligan a todos a perseguir) dos objetivos contradictorios: igualdad y universalidad en la educación. Eso es un problema porque la única manera de conseguir que todos los niños tengan educación secundaria y que todos sean iguales es impedir que los buenos sobresalgan, obligándolos a converger en la mediocridad. Puesto en términos matemáticos que todos los estudiantes y todos los ministros, buenos y malos, pueden entender: en cuestiones de sistema educativo, universal + igual = mediocre".

2 comentarios:

  1. Doncs si que és interessant de llegir... i a mi em suggereix algunes idees.

    Quan al principi crítica l'estudi, crec que no té en compte la complexitat del fenomen i tendeix a reduir el problema en que els alumnes amb més capacitats es veuen limitats per compartir el ritme amb els qui tenen dificultats.

    El fet que comparteixin grup, pot comportar més motivació per als que tenen dificultats a tirar endavant amb l'exemple i ajuda dels que poden més, i aquesta alhora han d'entendre bé els conceptes i interioritzar-los per poder-los explicar als altres. Però aquest intercanvi que l'autor no contempla està relacionat amb el model d'escola (i per tant de societat) que es vol, i si a un li preocupen més els individus i la competitivitat, més que la comunitat i el compartir, llavors té la seva lògica.

    També proposa que l'estudi hauria de triar escoles a l'atzar i fer unes proves a totes iguals per després comparar. Doncs crec que com que parlem de persones això de "impartir les classes amb els mateixos continguts i exigències" és pràcticament impossible. Amb els nens pot influir fins i tot el temps, o tant sols el to de veu del professor pot fer diferent aquesta "exigència".

    Ara bé, això no vol dir que no s'hagin d'atendre igual les necessitats d'aquells que tenen més facilitats i habilitats, i cal donar-hi resposta perquè es puguin desenvolupar al màxim.

    I altra vegada, quan parla de "prejudici causat als demés" entenent que el fet d'atendre als que tenen dificultats va en contra dels que no en tenen, torna a ser una visió de l'escola i la societat de models més competitius i individualistes, que jo no comparteixo.
    I és una llàstima desaprofitar el gran potencial d'alguns alumnes per no ajudar als altres.

    Són dues concepcions ben diferents, i cal trobar el terme mig. Amb tots els respectes, l'autor està criticant l'estudi, proposant tot el contrari, i no és tant fàcil.

    Apa, perdó pel rotllo (altrament dit ladrillazo i bon cap de setmana!!

    ResponderEliminar
  2. Bajar el nivel para que esté al alcance de todos?

    Pues estamos apañaos.

    Saludos

    ResponderEliminar

Diu la teva

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails