Cumbre del cambio climático de Copenhague

Núria Albet, desde Suecia nos hace llegar sus impresiones del Climaforum de Copenhague (moltes gràcies):

Copenhague, ¿un fracaso?

Las noticias no cesan de anunciar que la cumbre mundial sobre el cambio climático en Copenhague ha sido un fracaso. Estoy de acuerdo... en parte. La verdad, no sé quién se esperaba más, creo que los políticos ya nos han demostrado de qué son capaces. Como mucho me esperaba un acuerdo para empezar el comercio con las emisiones de forma global con el sistema de Trade & Trade (para saber más http://www.youtube.com/watch?v=pA6FSy6EKrM)... Y casi diría que mejor que no llegasen a acuerdo si tenía que ser de esa forma. Estuve en Copenhague el fin de semana del 11 al 13, pero no en Bella Center, donde había muchos de los políticos, sino en el Climaforum (www.klimaforum09.org), donde había gente del calibre de Naomi Klein, Vandana Shiva, Maurice Strong (el primero que llevó el tema medioambiental en la ONU) y muchos otros que me dejo, entre ellos políticos como el presidente de la Maldivas Mohamed Nasheed, cansados del mal ambiente de la cumbre oficial y esperanzados con la energía positiva que se vivía en Climaforum. Para ilustrar en una frase la diferencia entre las dos cumbres cito al presidente de las Maldivas que dijo después de pasarse por la cumbre oficial: “la gente y no los políticos van a salvar el clima”. Y es que de eso trataba el Climaforum, no de intentos de acuerdo interminables entre políticos y empresarios de multinacionales sino de la gente que YA está trabajando para el cambio. En las charlas se pasaba de las lágrimas a las sonrisas, de la impotencia a la esperanza. Porque en algunos puntos del planeta el cambio climático ya está dejando a la gente sin comida ni sitio donde vivir, pero por otro lado, muchos ya están encontrando soluciones a sus problemas, ya se han empezado a dar cuenta del poder que cada uno tenemos. De la diferencia que puede causar un simple gesto. Que no necesitamos que nos digan qué tenemos que hacer para saberlo. Y eso es maravilloso, porque hace que cada uno de nosotros no solamente tengamos los mismos derechos (como se proclama que tendría que ser) sino que tengamos el mismo valor y no en teoría sino en la práctica. Algunos ejemplos para que entendáis de lo que hablo, porque en verdad me veo incapaz de expresar con palabras lo que viví en Copenhague, os resumo dos de los talleres a los que acudí que me parecieron más inspiradores. Uno fue el de Vandana Shiva, la mujer india que se atrevió a enfrentarse a Monsanto, una multinacional que debido a sus semillas transgénicas y sus pesticidas está aumentando el hambre y el nivel de suicidios en la India a números inimaginables. Están naciendo miles de pequeños proyectos que sacan a los agricultores de la dependencia de la multinacional volviendo al cultivo orgánico con resultados increíbles. Además de conseguir mejores cosechas (¿nos parece raro que las especies autóctonas estén más bien adaptadas que las transgénicas?), más riqueza para la comunidad y ¡hasta reducción de la cantidad de CO2 emitido! (un 10% de las emisiones de CO2 se producen a través del agotamiento de la tierra, debido a los monocultivos). Prueba uno que la gente ya se está despertando sin esperar a la varita mágica de los políticos. Prueba 2, el otro taller que os quería comentar, las Transition Towns. Vinieron 3 personas de Totnes, la población donde nació el proyecto. Todo empezó con un grupo de gente pasando películas y haciendo charlas relacionadas con el pico del petróleo, el cambio climático u otros problemas comunitarios. En seguida se crearon grupos de gente para solucionar los problemas de forma local, para ser una población libre de petróleo, el máximo de sostenible y resiliente. El truco está en imaginarse cómo queremos que nuestro pueblo sea en unos años y hacer un plan de cómo llegar allí. De una población de 7000 habitantes ya hay más de 400 personas trabajando en diferentes grupos como pueden ser energía, economía, comida, educación... Y lo más importante es que no solamente están consiguiendo sus objetivos (por ejemplo, una moneda local, producción local de comida,...) sino que además la comunidad está más unida y feliz que nunca. Y lo que empezó como un pequeño proyecto en una ciudad, ¡se está extendiendo más rápido y con más energía que la gripe A por todo el mundo! Como veis, hay algo que ya se ha empezado a mover, alguna cosa está cambiando y todos somos parte de ello. Vamos a vivir momentos históricos y va a ser increíble observar el despertar de la gente.

Núria Albet