Del orgullo materno a "bienvenida a la realidad"

Días atrás en un canal deportivo del tdt emitían el partido de baloncesto de las Olimpiadas de Barcelona entre el Dream Team, selección de USA y España (soberana paliza, todo sea dicho)

Y me vino a la memoria cierta anécdota que le ocurrió a la progenitora de éste que escribe.

Y es que hará unos cuantos años tuve ocasión de jugar a fútbol a nivel amateur y como uno era justito y con sifón sólo pude hacerlo en la última división de la territorial catalana, vamos que debajo de nosotros no había nadie peor.

Así os haréis una idea del nivel en el que jugaba.

Retomemos: iba mi progenitora por las calle en Hospitalet cuando topose con una vieja amiga (por la antigüedad de la amistad que no de las progenitoras, of course) que no veía desde hace más de 30 años. Y  la conversación típica de tales encuentros derivó a tratar temas tan previsibles como la situación de los próximos a cada una de las dialogantes, y entre ellos los hijos. Y es que los hijos de ambas jugábamos juntos cuando apenas teníamos  un par de años al amparo y vigilancia de una de ellas. Eran juegos de estar sentados en el suelo (aún no teníamos la capacidad de andar) en cualquier parque y consistentes en tocarse la cara, arañarse y blandir cualquier objeto tal como una pala de playa o similar a modo de espada acompañados de sonidos guturales sustitutorios de la aún  no nata capacidad para dialogar.

En tal fase del diálogo estaban cuando mi madre comentó -ufana y orgullosa- que su hijo, idolatrado hijo, el mejor hijo del mundo (exageración típica de todas las madres del mundo mundial) hacía deporte, a lo cual su interlocutora apuntó eso de que el suyo también. 

Madre Sese: "Ah, sí?, qué casualidad, y qué hace tu hijo, a qué juega, en que equipo juega....

Madre de Xavi (así se llama mi amigo de entonces): Pues está jugando en el Barça de Baloncesto, en el primer equipo.

Ignoro la reacción y respuesta de mi defensora pero supongo que eludió el bulto ante la diferencia de nivel de práctica deportiva entre Xavi Fernández (jugador del Barça de baloncesto) y este mindundi que escribe que casi hacía deporte gracias a la caridad del equipo de lo acogió para calmar el gusanillo de la práctica deportiva que me dio por entonces.

Y de inmediato me viene a la mente el partido olímpico que menciono donde Xavi Fernández se blandió contra estrellas, mitos del deporte mundial tales como Michael Jordan, Larry Bird, Magic Johnson, Pat Ewing...

Y de inmediato evoco los contrincantes con los que me blandía en los campos de tierra de tercera regional catalana, tipos cuarentones, barrigudos que pegaban unas ostias como panes  pero que de glamourosos... pues va a ser que no.

Y es que la vida a veces nos lleva por caminos tan dispares como el que recuerdo en este post.

Si os hacéis una imagen mental, o comparáis las fotos que os dejo os haréis una idea de la situación, vamos que es como comparar a Belén Esteban con la Princesa Grace de Mónaco, por ejemplo

Y éste es Xavi Fernández:

http://www.acb.com/jugador.php?id=AD5

http://baloncestoestadisticadelosmejores.blogspot.com.es/2010/03/xavi-fernandez-tirador.html

Eso sí, para mi madre soy el mejor hijo del mundo:

Objetos para el recuerdo: bolsa de agua caliente

Si tuviera que dibujar cómo las recuerdo , éste sería el resultado (si es que supiera dibujarlas, que no es el caso)

Vaya por delante que en mi ya dilatada experiencia vital no recuerdo haber hecho uso ni haber sido testigo del uso de tan curioso objeto que hoy describo.

Supongo que antes cuando las casas estaban menos preparadas para las inclemencias del tiempo la bolsa de agua era un buen recurso para tener calentita la cama antes de prepararse para descansar en una noche fría.

Estos objetos que recuerdo haberlos visto siempre de plástico dice wikipedia que tuvieron sus antecedentes con materiales más bastos tales como cerámica o metal.

Imagen de wikipedia

Sea como fuere dudo que comercialmente sean viables ni que su futuro sea mejor que su precario presente.

En cualquier caso en su momento cumplieron su función por lo que debemos agradecerles los servicios prestados con la mayor sinceridad posible (vamos , como cuando nos echan del curro).

Medio siglo de Pocholo

Tal dia como hoy el popular Pocholo Martínez-Bordiú cumple 50 años.

No es un personaje que me caiga bien, pero tampoco es de esos que no pueda ni verlos, simplemente no me cae.

Entonces, ¿por qué de este recordatorio?

Pues simplemente porque hace días que quería dar salida en Embolica a este vídeo y no encontraba la excusa adecuada para ello.

Y hoy es un buen día para ello y descubrir otra faceta de este polifacético personaje, en este caso de aprendiz de actor en la película La Grieta.

Escena a partir de la cual lo único que puedo decir es que fue un acierto doblar a Pocholo, ¿o no?

Envejecer como mandan los cánones

Viendo días atrás la magnífica película El Discurso del Rey me teletransporté a mi infancia viendo a un actor de la película.

Y es que viendo el personaje de el Arzopispo de Canterbury protagonizado por el británico Derek Jacobi vino a mi mente el personaje de Claudio, el emperador romano que muuuchos años atrás protagonizó el mismo actor, allá por los años 70 cuando tenía 37  años, en la serie Yo, Claudio

Con la peculiaridad que en la serie de televisión en los últimos capítulos estaba caracterizado como un viejo, murió el emperador con 64 años.

En el momento de protagonizar la película Derek Jacobi tenía algo más de 70 años:

Y la caracterización que el maquillaje le proporcionó en 1976 como un anciano de 64 años era la siguiente:

Sí, un poquito más de pelo tenía Claudio, pero también hay que considerar que era más de seis años más joven que el arzobispo, seguro que si el emperador hubiera llegado a la edad del arzobispo los resultados hubieran sido más similares.

Además da la casualidad que  el filme relata las peripecias del rey Jorge VI para superar su tartamudez, tartamudez, que por otra parte, también padecía el emperador Romano.

En definitiva felicitar a:

Los maquilladores de Derek Jacobi de la serie Yo, Claudio por tan acertada caracterización.

Derek Jacobi por haber envejecido "como mandan los cánones".

Convencionalismos pluviales

Para bien o para mal en  Barcelona ciudad llueve poco, supongo que será por ello que no tenemos ningún patrón de comportamiento estereotipado para tales ocasiones.

Que yo sepa  no hay manual escrito al respecto ni la gente actúa instintivamente cuando la precipitación hace acto de presencia.

Supongo que el índice de pérdidas de paraguas será superior a otras zonas, como Galicia, por ejemplo, en que llueva más. Pura lógica.

Y como no quiero aumentar la estadística de paraguas perdidos en lugares públicos de mi ciudad tengo la costumbre de "olvidármelo" en casa. Vamos que considero más engorroso llevarlo encima, ocuparme de él, cuidarlo como es debido, aparcarlo,  recordar su "fisonomía", no confundirlo con otro, no olvidarme de él... que mojarme.

Pues eso, que como no uso paraguas busco instintivamente cualquier recodo urbano que me permita resguarnecerme del agua, y ese recodo acostumbra a ser el cobijo que proporcionan los balcones de las casas. Acostumbro a ir pegadito a la pared de la calle para así no mojarme. De tanto en tanto, en el tránsito de un balcón a otro, en su paso por debajo, soy víctima del ataque sistemático de los goterones que se forman en el final de tales refugios. 

No sé si os ha pasado también a vosotros.

Iba por la calle el sábado 29 de septiembre a las siete de la tarde por la calle y llovía en Barcelona de un modo continuo, no en demasía pero sí con insistencia. Salí a la calle, como es hábito en mí, sin paraguas, dispuesto a mojarme lo menos posible en el tránsito de casa a la parada de metro más cercana. Menos de diez minutos por suelo urbano bajo la pertinaz lluvia.

Táctica habitual, pegadito a la pared y acelerando el paso cuando los balcones, o salientes de la fachada no me proporcionan refugio, o cuando debo cruzar una calle.

Y de nuevo pegadito a la pared. Salvo cuando te cruzas o avanzas a un grupo de dos o más gente con paraguas que caminan paralelos y debes desviarte de tu refugio arquitectónico y quedar a merced de las gotas de la lluvia. A mojarse, pero es lo que hay, si soy tan zoquete de no llevar paraguas no me quejaré porque me moje de vez en cuando.

Pero sí me da mucha rabia cuando me cruzo con alguien que lleva paraguas y me tengo que desviar de mi trayectoria resguardado de la lluvia para quedar a expensas del líquido elemento.

Primer caso, una señora con su paraguas  que me ve venir por la misma zona que la suya y no hace ademán de desviar su trayectoria. Un metro nos separa y tomo la decisión de desviarme. Un goterón en la testa  joder, qué putada. Qué más le da a la señora se lleva paraguas cambiar su trayectoria y permitir que siga un ratito sin mojarme.

Segundo caso, más de lo mismo, un caballero actúa de igual modo que la señora y me obliga a cambiar la ruta adecuada.Mierda!!!, a mojarse de nuevo dos segundos y el consiguiente "goterón en la cabeza". ¡A joderse!.

Y a la tercera va la vencida, de nuevo una señora que no parece tener intención de variar su rumbo. Pues no, esta vez no me bajo de burro , tres metros y yo ahí, dos metros y yo, erre que erre, un metro y  aminoro mi marcha hasta casi pararme pero esta vez la que cambia de "trazada" es "mi rival". Y sin que con ello le haya caído un goterón en la cabeza  ni  se haya mojado en absoluto su escultural moño. cosa que a mí sí me hubiera ocurrido (menos lo del moño que no llevo).

Vamos, que es de pura lógica que si alguien ha de variar su camino sea aquél que lleva paraguas y no le supone mayor inconveniente que desviarse un poquiiiiiito de su camino sin mayor sacrificio ni penalidad.

Pero no, la gente no se da cuenta de ello.

Será que no tenemos educación ni cultura "de la lluvia"

Frases lapidarias de sobremesa

La última gran frase, digna de pasar a la posteridad, escuchada en una tertulia:

"A partir de este año si nos toca la lotería más de 2500 euros hemos de pagar a Hacienda un 20 % del premio. Somos tan gafes que seguro que éste será el año que nos tocará a nosotros"

!!!!!!

Y mi respuesta: "¿y quién te dice que no te toque sólo 2499 euros?, eso sí que sería una suerte, más que te toque un millón de euros, ¿no?"

Y juro que fueron las únicas tonterías que se dijeron ese día.

Y digo yo, que lo mio no es ser gafe, si no lo siguiente, y es que por mucho que se quede hacienda voy a seguir sin rascar ni in euro en loterías y juegos de azar

Obligar y prohibir

Soy de los que piensan que la mejor sociedad no es la que más policías tiene si no la que menos precisa.

Conceptos como obligar, prohibir deberían estar lo más acotados posibles en nuestra legislación.

El abuso de tales términos muestra o bien la ineptitud de los ciudadanos o la inutilidad de los legisladores, que todo pudiera ser.

Deberíamos ser capaces de solucionar los conflictos a base de sentido común y no de leyes que traben nuestra libertad, en caso contrario nos convertiremos en esclavos de nuestra libertad, y parece que desgraciadamente vamos hacia ello.

Pero claro, si  la tendencia es a obviar la formación de personas éste será el peaje que deberemos pagar, el peaje que nos harán pagar quienes tales medidas toman.

Y es que en Barcelona ciudad el ayuntamiento ha promovido una ordenanza  por la cual los bares con terraza en vía pública están OBLIGADOS  a dejar hacer uso de sus servicios a todo aquél que lo reclame sea o no cliente del local en cuestión.

Desconozco la problemática en profundidad pero a priori me parece una medida exagerada, lo más normal es que el derecho de admisión del local regule este tránsito hacia los urinarios. Cierto es que es una putada ir por la calle y estar haciéndotelo encima y que no puedas ir a un urinario público (y en el caso que hubiere, que no lo hay, estuviera en condiciones) y debas aliviar  tal necesidad en un bar, que es lo más común.

Supongo que lo  lógico es que los empresarios de la hostelería se nieguen a ello cuando hay un abuso de tal servicio y ello incordie a sus clientes, en tal caso encuentro normal una negativa, también es ser poco cívico el negarlo por sistema cuando no supone un problema.

Vamos que si el sentido común imperase no creo que urgiera tan polémica medida.

Por mi parte si alguna vez me ha pasado he pedido un agua y he ido al servicio y sanseacabó, pero entiendo que haya gente que no pueda permitirse ese gasto, gente anciana que tenga incontinencia… que se sientan ofendidos ante la negativa de hacer uso de tal urinario. En tal caso supongo que el problema se solucionaría acudiendo a otro local cuyo dueño sea más amble que el anterior.

Y sospecho que la medida traerá más problemas que ventajas sobretodo en horas nocturnas donde la gente no siempre acude al lavabo acuciado por sus necesidades si no para otras cositas . Y observaremos como el drogadicto, el borracho, la pareja con un calentón… podrán hacer uso, mejor dicho abuso de tal privilegio sin que el dueño del local pueda impedirlo. Veremos como jóvenes que hacen botellón delante del local podrán acudir a él para vaciar sus organismos de líquidos residuales para volver a ir a la calle y seguir con su botellón ante un bar que quién sabe si estará vacío… Que sí, que el botellón esta prohibido pero haberlo haylo.

Y, ¿dónde queda el derecho de admisión?, y es que en el fondo estamos violando el concepto de propiedad privada.

Lo dicho obligar, prohibir… ojalá no debiéramos utilizar tales términos  y diéramos jerarquía al sentido común (claro que para ello hay que tenerlo y fomentarlo).

El poder de la videncia... o no.

Un simpático vídeo que nos debe hacer reflexionar sobre lo escrupulosos que somos en mostrar "nuestras intimidades" en la red.

Facebook, twitter y otras redes donde exponemos,en ocasiones, más de lo aconsejablemente necesario de nuestras vidas.

De ello se aprovecha este supuesto vidente para sorprender primero a sus "víctimas" para luego preocuparles por la información que esta particular videncia le ofrece al maestro.

Desde el portal Espai Internet de la confederación catalana de radio y televisión os hago llegar este vídeo entre simpático y preocupante, ¿no?.

Se trata de una campaña de publicidad de un sistema de banca segura pero que no debe dejar de hacernos recapacitar acerca de lo mucho que mostramos en las redes sociales sobre nuestra  privacidad y el mal uso que se puede hacer de ello.

Lo que no sé del cierto es si el vídeo es real o un montaje, pero el caso no es ése si no que perfectamente puediera ser cierto.